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Indagaciones sobre el mapa del fuego

El Principado informa de que se investiga la autoría de 58 de los incendios habidos en octubre, pero dice que las pesquisas "llevarán tiempo"

Indagaciones sobre el mapa del fuego

Un total de 58 fuegos de los sucedidos en Asturias el pasado mes de octubre están "en fase de investigación" que "va a llevar tiempo" considerable. El consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, asume que probar la autoría de un incendio forestal es difícil.

El portavoz del Gobierno asturiano mostró ayer su esperanza de que desde la Administración central se flexibilicen los plazos para la petición de ayudas por los daños del fuego, y que se puedan activar los fondos de solidaridad europeos en una zona que finalmente no ha sido declarada como "catastrófica".

La catástrofe proviene de la continuidad y reiteración de incendios que tienen en los concejos no costeros del occidente asturiano su escenario perfecto.

No es casualidad. Tomemos como ejemplo uno de los concejos donde el fuego ha calado con más saña: Allande.

Allande tiene 123 núcleos de población. Es un eufemismo porque muchos están ya deshabitados. Más del 50% cuentan con menos de diez habitantes o se han quedado vacíos. La despoblación es dramática y dificulta la lucha contra los incendios. En primer lugar porque facilita la labor de los que prenden mecha; en segundo término, porque retarda los primeros avisos de alarma, vitales para controlar los focos. Y por último, porque los pueblos deshabitados o muy escasamente poblados generan un entorno agreste, el monte bajo convertido en pura gasolina. Y en medio de una orografía que favorece la propagación de las llamas si el viento acompaña.

Un recorrido somero por las carreteras secundarias de un concejo como el de Allande sirve para trazar los mapas del fuego. Por donde quema y por qué quema. Y qué es lo que quema, cuestión también importante.

El pueblo que apenas asoma en la parte inferior de la fotografía que ilustra esta información es Paradas, uno de ese medio centenar de pueblos de Allande en peligro de quedar vacíos. Para hacerse una idea, Paradas tenía escuela, edificio medio asolado por las llamadas del 15 de octubre.

Como él, decenas de pequeñas aldeas con mucho brezal alrededor, heridas abiertas de pasados incendios y una situación de vulnerabilidad extrema. Los vecinos asumen que en muchos pueblos la única alternativa "es salir pitando". La ganadería en un concejo como Allande va camino de convertirse en residual porque sin población fija, quién sostiene el negocio.

El Occidente astur de interior está compuesto por una veintena de concejos (se incluye a Somiedo) que ocupan en total más de 3.200 kilómetros cuadrados, lo que significa el treinta por ciento de la superficie total de Asturias.

Varios de esos concejos tienen densidades de población por debajo de los diez habitantes por kilómetro cuadrado. De hecho, Ibias, Allande, Somiedo, San Martín y Villanueva de Oscos y Pesoz, ya han bajado de los siete habitantes. Como excepción positiva, los 132 habitantes por kilómetro cuadrado de Tineo y, en menor medida, los más de 50 de Boal, concejos que resisten mejor la desertificación humana..

En diciembre de 2015 Asturias vio como más de diez mil hectáreas fueron literalmente arrasadas por los fuegos. En abril de 2017 la humareda llegó a las puertas mismas de Muniellos, un serio aviso a lo que acaba de pasar hace tres semanas, Quince mil hectáreas y gravísimos daños en Allande, Cangas del Narcea, Grandas de Salime y Degaña, entre otras zonas. Los vecinos coinciden: habrá una próxima vez porque entramos en meses críticos.

Las lluvias generalizadas de ayer en toda la región tranquilizan a corto plazo. Nada menos que 45 litros por metro cuadrado habían caído en Llanes hasta las siete y media de la tarde. Villayón, el Cabo Busto, Colunga o Gijón se acercaban a los veinte litros.

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