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El álgebra une las dos orillas

La profesora de la Universidad de Oviedo Consuelo Martínez recuerda en Buenos Aires a los genios Rey Pastor y Santaló

Consuelo Martínez, durante su conferencia en Buenos Aires, con la foto de la entrega del premio "Príncipe" a Santaló.

Cuando la profesora del departamento de Matemáticas de la Universidad de Oviedo Consuelo Martínez subió anteayer al estrado para impartir en Buenos Aires una de las conferencias plenarias del I Congreso Matemático Hispano Argentino, Asturias cobró protagonismo a tres bandas.

La más evidente, la de la protagonista de la charla, titulada "Álgebra y Supersimetría", ante cientos de matemáticos de las dos orillas hispanas. Martínez lleva años investigando y compartiendo publicaciones con Emil Zelmanov, una de las medallas Field, el Nobel de las Matemáticas.

La segunda referencia asturiana tiene origen riojano, nació en Logroño en 1888 y fue la gran oportunidad perdida de las Matemáticas en Asturias. Para muchos se trata del mayor genio matemático que ha dado España, y por esas cosas del destino el algebrista Julio Rey Pastor recaló en la Universidad de Oviedo, catedrático de Análisis Matemático por oposición a los 23 años. Había estudiado Ciencias Exactas en Zaragoza pero Asturias no supo o no pudo retenerlo porque la presencia en Asturias de Rey Pastor apenas duró unos meses.

El matemático había sido elegido para dar la lección inaugural del curso académico 1911-12 en el Paraninfo de la Universidad asturiana. La redactó pero la leyó un suplente porque él ya no estaba en Oviedo. Había logrado una beca de ampliación de estudios en Berlín, que renovó dos años más tarde en Gotinga, uno de los centros mundiales de la Matemática de la época. En 1914 pasó por la Complutense de Madrid y, tres años más tarde, ocupó su puesto docente en investigador en la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.

¿Qué camino hubieran seguido los estudios matemáticos en Asturias con Rey Pastor al frente del departamento? Pregunta que solo permite una respuesta por intuición. En todo caso, mucho mejor de lo que fueron durante buena parte del siglo XX.

El Congreso Internacional de Buenos Aires, organizado por la Unión Matemática Argentina y la Real Sociedad Matemática Española y que se clausura hoy, rindió homenaje a Julio Rey Pastor coincidiendo con el centenario de su llegada a la Argentina.

El matemático nacido en Logroño y fallecido en tierra americana en 1962, se carteó con Albert Einstein y fue uno de los organizadores del viaje a España del padre de la teoría de la relatividad. Lo hizo en febrero de 1923 para dar cuatro conferencias multitudinarias, en alemán y frente a la pizarra tiza en mano, charlas magistrales que Rey Pastor ya no pudo disfrutar porque aquel viaje tardó en gestarse varios años y el excatedrático de la Universidad de Oviedo ya estaba por entonces asentado en la capital argentina. En Asturias Rey Pastor escribió su tratado "Lecciones de álgebra", libro canónico sobre la especialidad.

A Rey Pastor le hubiera entusiasmado escuchar a Chelo Martínez. Las Matemáticas que unen orillas, que no tienen fronteras. El genio siempre recordó aquel breve destino en una pequeña universidad periférica que sobresalía por el Derecho y las Letras pero no por los números y las ciencias. Nunca olvidó aunque le tocara recordar a miles de kilómetros de su tierra natal, Logroño, y de su primera universidad, Asturias. Y España nunca lo recuperó, ni antes ni después de la guerra civil, la pesadilla que nos convirtió en un erial, científicamente hablando.

La tercera referencia asturiana viene de la mano de un catalán universal, Luis Antonio Santaló (1911-2001), otro de los que Argentina acogió con los brazos abiertos, esta vez por causa pura y dura del exilio republicano tras el fin de la contienda civil en 1939.

Consuelo Martínez abrió su conferencia en Buenos Aires proyectando en la pantalla gigante del escenario del auditorio de la universidad bonaerense, la foto de Santaló recibiendo en el año 1983 el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

Se lo entregó un niño que debutaba en la ceremonia en el teatro Campoamor. Santaló había nacido en Girona y fue el hasta ahora único matemático en ganar un premio "Príncipe", hoy "Princesa de Asturias".

Dejaron huella en la Argentina, un país que tiene predicamento matemático en el contexto iberoamericano.

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