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Responsable de organización de Sociedad Civil Catalana

Javier Marín: "El independentismo funciona como las sectas: obediencia y adoración al líder"

"Urge reformar la Constitución, que permite que haya partidos que lleven en sus programas electorales trocear España"

Javier Marín, ayer en la plaza Mayor. JUAN PLAZA

- ¿Cuál es su papel en Sociedad Civil Catalana?

-Ahora que se ha lanzado todo el mundo a la calle, con las manifestaciones contra la independencia, queremos consolidar la estructura, porque después del 21 de diciembre no acaba la cosa. Antes de las manifestaciones éramos 15.000 adheridos y queremos llegar a 200.000 antes de que acabe 2018, con un plan para extendernos comenzando por las ciudades más grandes.

- ¿Tienen vínculo político?

-Tras las manifestaciones se acordó que en la dirección haya tres representantes de PSC, tres de C's, tres del PP y seis independientes incluyendo el presidente.

- ¿Considera acertada la convocatoria inmediata de elecciones tras aplicar el 155?

-Creíamos que para neutralizar a los independentistas eran necesarios al menos seis meses. El independentismo es una mesa con cuatro patas. Dos ya están rotas: los Mossos y el Govern. Pero siguen la agitación con los medios públicos catalanes y el adoctrinamiento en la escuela.

- ¿Cree que fue prematura la convocatoria electoral?

-Visto con perspectiva, ha permitido pacificar la situación en Cataluña con una cirugía fina que está funcionando. Es incierto saber si el nivel de conflicto en la calle hubiera sido el mismo esperando seis meses. Estamos sorprendidos de la aceptación de los partidos independentistas que se presentan a estas elecciones tras haber declarado la República.

- ¿Qué pasará el domingo?

-La llave será posiblemente Podemos, cuya tendencia natural es dar el gobierno a los independentistas, con lo que volveríamos a la casilla de salida.

- Ciudadanos pide el voto útil.

-Como Sociedad Civil Catalana pedimos el voto para cualquier partido constitucionalista.

- ¿Se podrán restañar las heridas a corto o medio plazo?

-Creo que va a tardar generaciones. La fórmula es que la escuela tenga un tronco común en el Estado y que el idioma no sea un obstáculo. Eso tardará al menos 20 o 30 años. Una de las cosas que explico en la Universidad es cómo funcionan las sectas: obediencia debida, disciplina, enajenación mental y adoración del líder. Estos condicionantes son los que impregnan el independentismo. Ahora tienen que digerir y aceptar que la independencia no es posible. ¿Había alguien más independentista que Euskadi, donde montaron un embrión de ejército de gudaris que era ETA? Y después de 60 años de ETA y 1.000 muertos se ha demostrado que eso era imposible. Si el Estado no aceptó allí por las malas, ¿lo va a aceptar en Cataluña que somos el 20% del PIB? La constitución alemana prohibe partidos que quieran dividir Alemania. Aquí tenemos un problema entre el artículo 2 de la Constitución, que dice que no se puede trocear la soberanía nacional, y el 6, que dice que se pueden constituir partidos sin límite.

- ¿Plantea ilegalizar los partidos independentistas?

-Considero que la reforma constitucional debe resolver esa contradicción gravísima. O quitas el artículo que impide que una autonomía convoque un referendo y dejas que se puedan dividir España, cosa de locos, o les dices a los independentistas que no pueden incluir la independencia en su programa electoral.

- ¿Urge reformar la Constitución?

-Yo creo que urge. En la Constitución no constan las 17 autonomías. ¿Por qué ésas y no otras? ¿Por qué tenemos que seguir aguantando la reivindicación permanente y la cesión de nuevas competencias a cualquiera que se sienta fuerte en una autonomía o imprescindible para aprobar unos Presupuestos del Estado? Las competencias de cada administración hay que blindarlas. Si quedara claro que las de exterior son sólo del Estado, se podría haber impedido que Cataluña se gastara el dinero en crear 40 embajadas. La Policía sólo la tienen Cataluña y Euskadi, porque estaban preparando el terreno para cuando llegara la independencia. Que se fueran la Policía y la Guardia Civil de Cataluña fue una reivindicación de Jordi Pujol cuando en 1996 a Aznar le hicieron falta sus los votos.

- ¿Algo más que cree que habría que recentralizar?

-O recentralizar o clarificar. Que no haya un uso partidista de los medios de comunicación públicos. Y si la educación se decide que siga en manos de la autonomía, hay que definir los mecanismos de control de la Alta Inspección del Estado que no permitan tergiversar la historia, ni impedir la enseñanza al 50% en español.

- ¿Encarcelar líderes independentistas ayuda a la solución?

-No creo que ayude, porque genera victimismo y eso les dará más votos. Pero lo que no puede ser es que se vayan de rositas tras vulnerar la ley. Tienen que responder por ello. Prueba de que no hay presos políticos en España es que no está en la cárcel ningún líder de la CUP, que son los más radicales.

- El independentismo creció de forma exponencial.

-El sentimiento independentista de siempre era de un 13% de la población. Se vio amplificado por la crisis económica. En la medida en que la crisis baje y los ciudadanos no estén tan necesitados, dejarán de pensar "me lo tengo que quedar todo para no repartir con los andaluces o los extremeños". El tercer argumento ha sido el de la corrupción de Convergencia, para buscar la impunidad.

- ¿Y la fuga de empresas?

-La pérdida de músculo industrial implica el aumento del paro y que el independentismo tenga uno de los tres fuegos que le alimentan entre las capas menos cultas de las sociedad. Por eso a Junqueras no le ha importado.

- ¿Qué opina de que se den prebendas a Cataluña, como ya ocurre con el cupo vasco?

-Atenta contra el principio de igualdad darle privilegios económicos a alguna de las 17 autonomías, y encima a las más ricas. Me parece injustificable el cupo vasco, de la misma forma que me parecería un absurdo que alguien se le ocurriera algo similar para apaciguar Cataluña. Al PNV le benefició para negociar el cupo vasco que existiera un grupo armado. Esa cuestión ya ha desaparecido. Si aceptarlo en su momento fue una cobardía, mantenerlo es injustificable.

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