En el área de descanso de Barrios de Luna, sobre el embalse nevado, a eso de las cuatro y media de la tarde Olivio Gutiérrez lleva 150 kilómetros en quitanieves por la vertiente leonesa del Huerna desde las ocho de la mañana. Ha nevado mucho de madrugada y amanecida, ahora no. Es un día tranquilo, con más nieve en la ladera asturiana que en ésta de León, la carretera limpia en todo el trazado de la conexión con la Meseta y todo verde ya en La Magdalena. En esta quietud de dos grados bajo cero sin precipitación, el colapso de la AP-6 en el Guadarrama no es más que un eco lejano que en este punto del camino trae resonancias del pasado y obliga a retroceder algo más de nueve años, hasta las vísperas de la Navidad de 2008, cuando los centenares de coches atrapados estaban aquí. El monumental atasco entre la nieve en la cara Norte de la sierra de Madrid hace inferir que "no habrían contado con una nevada como esa", o que la impericia de algunos automovilistas pudo haber hecho el resto. "Empiezan a adelantar, ocupan los dos carriles y la maquinaria no puede pasar?".

Aquello se resolvió, como esto, con la ayuda del V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Aquello terminó en los tribunales con sentencia condenatoria para la empresa concesionaria de la autopista y ya se verá hacia dónde va a dar el colapso de ayer. Mientras tanto, ayer, a casi trescientos kilómetros del caos, Olivio Gutiérrez mira al cielo y toca madera. Parece que quiere volver a nevar. Puede que falte visibilidad en la parte asturiana, pero en León la nevada es muy leve y no queda rastro alguno de nieve al llegar al peaje de La Magdalena. Aquí aquello no ha vuelto a pasar.

Los que sí pasan son los que con cierta inquietud y muchas precauciones tuvieron que emprender ayer el viaje a Madrid, adelantando el desplazamiento por si acaso, con un punto de indignación preventiva al saber del embotellamiento ha vuelto a convertir en una ratonera una autopista de peaje y gratamente sorprendidos de haberlo empezado con menos problemas de los esperados. "No está tan nevado", le dice la experiencia a Noel Lobo, camionero de Laviana de camino a Soria, que reposta en la gasolinera de Barrios de Luna y cuenta que el único cambio de planes fue un leve adelanto de la hora de salida.

Su compañero Alfredo García, que sí debe cruzar la "zona cero" del gran atasco de ayer, que se dirige a la localidad madrileña de Pinto, se toma el asunto con resignación. "Hay que ir, y si no se puede pasar, esperar", apunta mientras introduce en la cabina de su camión las viandas recién adquiridas en la gasolinera. Por si acaso. "Algo hay que llevar siempre", apunta con el callo de muchas nevadas -"ya me han tocado bastantes"-, la radio e internet a punto y la constancia de que la AP-6 está abierta desde primera hora de la tarde y los camiones no pueden pasar el puerto de los Leones, pero ya sí por la autopista de peaje.

Hay quien protestará, "es una vergüenza", mientras pone rumbo al lugar de ese colapso que indignados califican de "lamentable en una autopista de peaje". Mauro González, Sofía Álvarez-Cascos y Alejandro Castañón, asturianos residentes en Madrid, han adelantado "un poco" el retorno tras las fiestas después de valorar y desistir de una ruta alternativa. "Íbamos a ir por Burgos", dicen, "pero nos llevaba mucho tiempo", y "como parece que han vuelto a abrir la autopista, esperamos que no haya problema". Por lo que pueda pasar, eso sí, a la vista de las quejas de los atrapados hambrientos de la sierra, en el coche van bocadillos y alguna manta.

Por aquí se cuentan historias de automovilistas de viaje a Madrid que ayer "se quedaron en León" o decidieron dar media vuelta y posponer el desplazamiento para hoy, pero eso sucedió más por la mañana que por la tarde, una vez que parecía que la pesadilla de la sierra hubo pasado. En Barrios de Luna, tras comprobar que la nevada no es para tanto, Leticia Álvarez y Germán Lozano se entretienen con su hijo Rodrigo entre la nieve del área de servicio. Vienen de pasar las fiestas con la familia en Palomar (Ribera de Arriba) y vuelven a Valladolid. "Salimos un poco antes", por si acaso, la advertencia de precaución más repetida ayer entre los asturianos en ruta hacia la Meseta.