La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cabrales, en la "guerra del queso" entre México y la UE

Europa advierte al país azteca de que para firmar el nuevo tratado de comercio debe dejar de usar la denominación de 300 alimentos protegidos, entre ellos el asturiano

Piezas de cabrales. LNE

La "guerra de quesos" que libran México y la Unión Europea, en el marco de la renovación del tratado de libre comercio entre ambos bloques económicos, también se lucha en Asturias. El queso cabrales es una de las cuatro variedades españolas con denominación de origen, de una lista de 57, para las que la Unión Europea ha solicitado al Gobierno mexicano la prohibición de usar el nombre en las industrias del país, una vez que entre en vigor la renovación del acuerdo, suscrito en 1996, en la recta final de su modernización.

En realidad, el listado forma parte de otro más amplio que contiene 340 productos amparados por marcas de calidad, de los que 63 son de España -uno de los países que más aportan, sólo superado por Francia- y entre los que curiosamente no se encuentra la ternera asturiana, aunque sí figura la gallega. A pesar de que esta contienda de nombres, que habría apasionado al mismo Umberto Eco, se ha focalizado en el manchego, variedad que tiene en México su homónimo (por cierto, un queso completamente diferente al español), la inclusión del cabrales en la lista es llamativa. El producto, al lado de leyendas como el parmesano (Italia), el feta (Grecia) o el roquefort (Francia), ve así realzado su prestigio internacional, también refrendado con su amplia presencia tanto en versión "original" y en otras similares, en tiendas "delicatessen" de México y Estados Unidos.

¿Cuál sería un nuevo nombre para un hipotético cabrales, manchego o feta elaborado en México? Es la gran pregunta que desde hace algunos meses se formulan en el país norteamericano y que trata de ser resuelta en la mesa de negociación. La idea de la UE, con la comisaria de Comercio (la sueca Cecilia Malmström), a la cabeza, es que los nombres originales se reserven solamente para los productos elaborados en Europa.

Las autoridades mexicanas estiman que la propuesta va más allá y forma parte de una campaña que Bruselas promueve desde hace años para proteger a sus productos emblemáticos, entre ellos el champán, el jamón de Jabugo o la cecina de León, además de una larga lista de vinos en la que también tienen especial protagonismo los españoles.

En la parte mexicana consideran que la medida puede afectar severamente a la industria lechera del país, de la que dependen más de un millón de empleos según datos oficiales. La UE advierte que no busca sólo proteger sus productores, sino evitar la comercialización de productos falsos o que se utilicen los nombres en perjuicio de estas mercancías. Asturias atesora experiencias con la venta de presuntas fabas asturianas, que se comercializan como si fueran de la región, en detrimento de la denominación que ampara al producto autóctono. El debate entre proteccionismo y liberalismo viene de lejos. Otro caso conocido en la región es el del champán, denominación que usaron en el siglo XX empresas sidreras como El Gaitero o Cima, y que en la actualidad sólo se emplea en los espumosos de la región francesa del mismo nombre. Y aunque lo cierto es que en California esa norma no se cumple a rajatabla, ésa es otra historia que tocará abordar si prospera el tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Compartir el artículo

stats