Test de estrés para el nuevo PSOE de Pedro Sánchez. Las bases del partido ya han empezado a mostrar su inquietud porque su influencia para la elaboración de las listas electorales, que se prometió vinculante y decisiva en el 39 Congreso Federal, está en el aire. La ejecutiva ultima el desarrollo de los estatutos federales donde se fijará, entre otras cuestiones, el nuevo procedimiento para la elaboración de todas las candidaturas electorales. El reglamento, que será sometido a la aprobación del próximo comité federal, establece que la última palabra sobre las candidaturas electorales correspondería a los órganos de dirección del partido.

La publicación en un diario de tirada nacional de que la dirección del PSOE podrá cambiar las listas propuestas por la militancia desató ayer las primeras reacciones en las redes sociales. "Entonces la decisión de la militancia sigue siendo secundaria o, lo que es lo mismo, en este aspecto todo sigue igual, nada ha cambiado", comentaban ayer en la página de Facebook "Con Pedro Sánchez otra España mejor y un PSOE renovado es posible", un grupo que meses atrás se mostró especialmente activo en apoyo al actual secretario general para que revalidase su victoria en las primarias socialistas.

La influencia de las bases en la designación de las listas electorales fue una de las principales apuestas del nuevo modelo de partido con el que Pedro Sánchez se presentó al congreso federal de los socialistas. Una de las resoluciones aprobadas en ese cónclave establece que "la elección de candidatos y candidatas al Congreso, Senado, Parlamento Europeo y Parlamentos autonómicos y ayuntamientos (a partir de un tamaño de población por determinar) se realizará por el voto secreto y directo de los militantes y simpatizantes". Es decir, los órganos de dirección perdían gran parte de las competencias de las que disponía sobre la elaboración de las candidaturas, que pasaban a residenciarse en la militancia e incluso en los simpatizantes del partido previamente inscritos para participar en el proceso.

Fuentes de la Federación Socialista Asturiana (FSA) afirmaron que aún no se conoce el contenido del reglamento, que abarca muchas más cuestiones que la de las listas, pero aseguraron que "no puede rebajar la capacidad de decisión de las bases sino ampliarlas" y añadieron que "hay amplio espacio" para que la militancia vote y al mismo tiempo "se reserven competencias a los órganos de dirección". En cambio desde el sector crítico, la interpretación es distinta: "Prometieron un nuevo modelo de partido, con mayor participación en la toma de decisiones para la militancia pero pretenden cambiar esas resoluciones en los órganos del partido sin pasar siquiera por una Conferencia Política", sostienen los críticos.