En otro momento habría sido una votación de rutina. Se dilucidaba ayer la simple adjudicación de tres puestos en la Mesa de una comisión de investigación, pero la carcajada que se oyó en la sala nada más levantarse la sesión, y alguna discusión audible después en los pasillos de la Junta constataban que se había reactivado la tormenta. Que incluso lo supuestamente pacífico e intrascendente sirve en la enmarañada política asturiana para escenificar discrepancias y airear o teatralizar desencuentros, en esta ocasión de nuevo los del centro-derecha asturiano. El hábito parlamentario dicta que el grupo que propone la comisión la preside y la que ayer se constituía, sobre la gestión del ente público Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), es una iniciativa del PP, pero los populares quisieron ceder su sitio a Podemos, pactar con ellos y ocupar la vicepresidencia, pero una no tan caprichosa alineación de votos terminó dejándolos fuera hasta de la Mesa de su propia comisión. Ellos culparon al voto de Foro y así fue como todos encontraron en la presunta bagatela de la comisión otra oportunidad de airear la incompatibilidad de caracteres que cuartea cada vez más aquella vieja alianza electoral conservadora.

La insólita sesión de constitución de la comisión sobre el ERA fue "ridícula y surrealista" según la diputada socialista Nuria Devesa, "extravagante" en la nomenclatura del forista Pedro Leal. Según el PP, Foro "unió sus fuerzas con PSOE e IU" para descabalgarles de la Mesa de la comisión en favor del socialista Marcos Gutiérrez Escandón. Foro reprochó al contragolpe al PP su "pacto con los radicales de Podemos" y hasta relacionó la renuncia de los populares a presidir la comisión con su escasa inclinación al trabajo.

La estrafalaria votación que desencadenó las iras cruzadas se sustanció en urna, por escrito y en secreto y acaba excavando un poco más la grieta que separa a los dos partidos del centro-derecha después de una cadena de alianzas que mantiene la presidencia de la comisión donde preveían los populares, en manos de Podemos (Rosa Espiño), y da la secretaría a Ciudadanos (Diana Sánchez), pero les cuela en medio a un vicepresidente socialista (Marcos Gutiérrez Escandón). La candidata propuesta por el PP, Gloria García, se quedó fuera de todo después de que según la interpretación popular Foro apoyase al PSOE para la vicepresidencia y una rocambolesca votación decidiese que la secretaría fuese a dar a Ciudadanos.

Una vez decidido el vicepresidente, había que elegir secretaria y las dos propuestas eran Gloria García y Diana Sánchez. Alguien -según el PP fue un diputado de Podemos, al decir de Foro uno del PP-, se equivocó, mezcló los dos nombres y escribió "Gloria Sánchez". Ese voto se declaró nulo y fue decisivo, porque deshizo el empate a favor de Sánchez y dio la salida al enésimo cruce de recriminaciones de ida y vuelta en los pasillos entre populares y foristas. Volaron los cuchillos desde que el diputado popular Matías Rodríguez Feito trató de explicar lo ocurrido partiendo de "un gesto de cortesía parlamentaria" que quisieron tener con Podemos, cediéndoles la presidencia de la comisión por su coincidencia estratégica en este ámbito concreto de la gestión de los geriátricos públicos. No contaban sin embargo, asume el parlamentario, con el detalle "sorprendente", con la circunstancia "llamativa" de que Foro preferiría a un socialista antes que a un diputado del PP y "uniría sus fuerzas con PSOE e IU para que esté en la Mesa un diputado socialista, del partido que ha intentado estafar a los usuarios de las residencias públicas", de un grupo que en el pleno de hace dos semanas votó en contra de esta comisión de investigación. Foro, remata el diputado, "está desorientado, no sabe a quién arrimarse".

Pedro Leal (Foro) lo ve de otra manera. Su partido ya había querido marcar las distancias con el PP cuando hace dos semanas se debatió en el pleno esta comisión de investigación -Foro se abstuvo ante la propuesta popular- y ayer, también. Dice Leal que la "extravagancia parlamentaria" de ceder la presidencia de la comisión a Podemos está relacionada con cierta intención de "no querer trabajar", porque quien preside es responsable de elaborar el dictamen. El caso es que "nadie nos ha pedido que apoyemos al PP" en esta votación y que "ellos no están en la Mesa y nosotros, tampoco", afirma el diputado forista antes de devolver acusación por acusación, recordar al PP sus dos apoyos presupuestarios al PSOE y desembocar en esta connivencia con "Podemos, un partido al que ellos mismos llamaban radical". "No han sabido ni escribir el nombre de su compañera", remató Leal atribuyendo sin dudas a los populares el error de la votación. "No pueden echar la culpa a los demás".

En el río revuelto, la diputada socialista Nuria Devesa pescó una oportunidad de recordar con perplejidad que el PP "hizo pública su intención de presidir la comisión de investigación sobre el ERA" y de "dejar en evidencia el pacto encubierto entre los populares y Podemos. Lo traían pactado a espaldas de todos, pero han calculado mal la jugada. Quisieron dejarnos fuera y no lo han logrado".