Cientos de personas decidieron pasar el soleado domingo en los lagos de Covadonga. Las inmediaciones de los lagos de Enol y Ercina, y el paisaje que los rodea, aún cubierto de nieve, fueron ayer un hervidero de gente ávida de disfrutar del imponente manto blanco. El lago Enol seguía parcialmente congelado y el Ercina estaba cubierto en su totalidad de una fina capa de hielo. La imprudencia hizo que mucha gente se lanzase a caminar sobre este último. Las advertencias de la peligrosidad del acto fueron desoídas por muchos de ellos. Caminar sobre lagos helados es una práctica prohibida.

En enero del año pasado sendos grupos de excursionistas se llevaron un buen susto al ceder el hielo sobre sus pies y hundirse parcialmente sobre el Ercina. Aunque como consecuencia de las bajas temperaturas fruto de los últimos temporales se han congelado los lagos, el sol del fin de semana y la subida de temperaturas puede provocar grietas y hundimientos que pueden resultar fatales.

Los aparcamientos de ambos lagos estaban repletos y se registraron numerosas retenciones en la carretera, pues era difícil maniobrar tanto por la gran presencia de vehículos como por la nieve acumulada a ambos lados de la calzada en varios de sus tramos.