Todo se pudo deber a un cortocircuito en la sala de contadores. Al menos esa es la principal hipótesis que valoran los agentes de la Policía Nacional de Siero que tratan de averiguar las causas del incendio que durante la pasada madrugada le costó la vida a un vecino de El Berrón de 41 años y provocó heridas graves a la hija de este, de cinco años, y a una octogenaria vecina de los anteriores. El suceso tuvo lugar en el número 3 de la calle Río Magostales. Un edificio en el que los vecinos siguen aún esta tarde tratando de digerir el drama.

Las dos heridas, por su parte, continúan ingresadas en estado grave en el hospital de La Paz, en Madrid, a donde la niña llegó a mediodía. Las primeras hipótesis apuntan a que el fallecido, que será despedido en un funeral mañana en Siero, trataba de salir del edificio con su hija en el momento del suceso. La densa humareda salida de los contadores que ardieron confundió al hombre, que bajó un piso más de lo necesario y acabó metiéndose en pleno foco del incendio en lugar de salir a la calle.

Los vecinos no saben ahora cuándo van a poder volver a sus casas. No tienen luz y "nadie se hace cargo de nada". "Llamamos a la compañía y nos dice que de la puerta para adentro es cosa nuestra, ahora hay que pelear con los seguros. Aquí tiene que haber responsables de lo que pasó", aseguraba esta mañana aún conmocionado Félix Lomo, uno de los residentes en el inmueble. Él pudo salir del edificio pero su vecino del tercero no tuvo tanta suerte. "Es una desgracia porque aquí nos conocemos todos. Ellos no llevaban toda la vida aquí pero los veíamos a diario, a toda la familia", señaló este vecino de El Berrón.

La Brigada de la Policía Científica de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de El Natahoyo (en Gijón) investiga ahora lo sucedido. Los agentes se pasaron toda la mañana y parte de la tarde realizando lo que en el argot policial se conoce como una "inspección ocular". Los investigadores sacaron fotografías para poder analizar con detalles el lugar del suceso. "Los contadores estaban como lava, completamente destrozados", señaló a su salida del inmueble uno de los residentes en el inmueble, Emilio Fernández.