Dos radiólogos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) declararon anteayer miércoles, ante la jueza que investiga el caso, que a la vista de las imágenes a las que han tenido acceso no había compresas en la cavidad torácica del enfermo del corazón fallecido en el quirófano el pasado 2 de enero. Esta tesis corrobora la defendida por un informe interno elaborado semanas atrás por el HUCA.

Las compresas de uso quirúrgico llevan una banda azul conformada por un hilo de contraste que permite que, en el caso de quedar depositadas en el interior de un paciente, sean detectables incluso mediante una radiografía simple. La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oviedo, Marta Iglesias López, está tomando declaración a los profesionales sanitarios implicados en la atención a J. L. G. R., de 44 años, tras la denuncia penal presentada por la familia del fallecido.

La semana pasada había comparecido ante la magistrada el cirujano que llevó a cabo la primera operación del paciente, el pasado 11 de diciembre. El equipo que realizó la segunda operación, en la que el enfermo falleció desangrado al desgarrársele la arteria aorta, asegura que cuando abrieron la cavidad torácica se encontraron dentro dos compresas que, supuestamente, se habrían infectado y formado un coágulo, y serían la causa última del fatal desenlace.

En los próximos días, también estos sanitarios -un cirujano cardíaco, un anestesista, un enfermero y una enfermera instrumentista- deberán declarar ante la magistrada.