El plazo para que Rusia aporte al Reino Unido una respuesta clara sobre su posible implicación en el atentado a Sergei Skripal acaba hoy en medio de una escalada de la tensión. Rusia convocó ayer al embajador británico en Moscú para expresarle su malestar por las acusaciones de la premier Theresa May, mientras que la OTAN y la Unión Europea cierran filas en torno al Reino Unido. La OTAN calificó de "inaceptable" el uso del gas nervioso, una forma de envenenamiento que no le es ajena a Rusia. La UE le pide al Gobierno de Putin "una respuesta inequívoca" sobre lo acaecido. Reino Unido amenazó con retirar la licencia de emisión en su territorio a la cadena RT, y Rusia contestó que en ese caso expulsaría a los medios británicos. Para completar la polémica, el empresario ruso Nikolai Glushkov, amigo del difunto oligarca Boris Berezovski, rival de Putin, fue hallado muerto en su vivienda en el Reino Unido.