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La guía secreta de Asturias

Las huellas del agua en Caleao

El hermoso pueblo casín cuenta con una ruta de sencillo recorrido por sus calles y caleyas con presencia de lavaderos, fuentes, bebederos y molinos

Hórreo a la entrada del pueblo bajo el que discurre el río Caleao. ANA PAZ PAREDES

Visitar el parque natural de Redes, que comparten los concejos de Sobrescobio y Caso, es descubrir, constantemente, lugares que enseguida atrapan al viajero amante de la naturaleza. Tal es el caso del pueblo de Caleao, que al final de la carretera se asoma a la montaña y al paisaje a una altura de 710 metros, conformando una hermosa aldea de montaña que, como ha sucedido en el resto de Asturias, volvió a vestirse con la nieve caída en los últimos días.

Tal vez por eso, ahora, y desde que el pasado 20 de marzo entró la primavera, aún se entiende y se siente mejor ese agua que, abundante y cristalina, se hace oír camino del mar a su paso por esta localidad casina y que da nombre a una de sus rutas más populares: el Paseo del Agua. Sobre el mismo existe un panel indicador a la entrada del propio pueblo que ya pone sobre aviso al viajero de por dónde debe ir y de lo que va a descubrir en su recorrido.

Consta de unos 2,5 kilómetros y a lo largo del mismo se pueden ver lavaderos y fuentes, mientras caleya arriba se van descubriendo también casas tradicionales, cabañas, pajares, hórreos y paneras. Es, sin duda, un pueblo precioso que conviene recorrerlo a pie tras haber dejado el coche a la entrada del mismo e ir deteniéndose en algún que otro tramo para poder admirar el entorno paisajístico que lo rodea, un autentico lujo para los amantes de la montaña y el senderismo.

Merece la pena también una visita a su iglesia de Santa Cruz la Real, del siglo XVI, que fue declarada bien de interés cultural en 2014, todo gracias a la lucha de los vecinos por su conservación y por el reconocimiento de su valor patrimonial. Destaca sobremanera su retablo mayor, obra de Antonio Borja. También hay en el pueblo establecimientos hosteleros, así como un interesante taller de cerámica donde se imparten cursos en determinados momentos del año tanto para niños como para adultos.

Ahora bien, uno de sus rincones con más encanto es donde se encuentran el molino y el lavaderu de La Fontina, enmarcando dentro de esta ruta por el pueblo y por donde pasa el río Caleao camino de encontrarse con el Nalón muy cerca de Coballes. Un lugar que invita a pintarlo, a fotografiarlo o, simplemente, a escucharlo, porque sin duda aquí la Naturaleza y el pasado hablan con sus sonidos del agua haciéndonos imaginar el molino en funcionamiento o las vecinas lavando su ropa blanca golpeada contra la piedra, ropa que se blanqueaba, en días de sol pleno, "tendiéndola al verde". Éste no es el único molino. Hay otro en un estado de deterioro importante asomado a la carretera, en una curva a la izquierda, unos 500 metros antes de llegar donde se deja el coche, en la parte baja del pueblo.

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