Una clínica dental del centro de Oviedo tendrá que devolver los 16.950 euros que una clienta había pagado por unos implantes mal puestos, que le causaron múltiples problemas y que tuvieron que repararle. Así lo recoge una sentencia firmada por la magistrada Coral Gutiérrez Presa, titular del Juzgado de primera instancia número 4 de Oviedo. El fallo concluye que el tratamiento dental fue planificado y ejecutado de forma incorrecta.
La demandante, que fue asistida por el abogado Juan Rodríguez-Ovejero, alegó que las piezas que se le habían implantado se le caían, por lo que tuvo que someterse a un nuevo tratamiento dental. La clínica se defendió asegurando que se había informado a la demandante de los riesgos del tratamiento y que se había ejecutado de forma correcta. Como prueba señalaron que la demandante no había acudido a consulta en los siete años posteriores a aquella operación, aunque la jueza considera que eso no fue realmente así. En concreto, el tratamiento consistió en extraer dos piezas dentales, dos empastes, una regeneración ósea, cuatro implantes y un puente.
Tanto una parte como la otra presentaron durante el juicio diversos informes periciales con conclusiones contradictorias entre ellos. Después de analizar ambos, la jueza concluye en la sentencia que a la paciente no se le informó de forma correcta de las alternativas a la operación. Y asegura que considera probado que la clínica no agotó todas las diligencias posibles. Cita la magistrada que no se le hizo un TAC ni la planificación denominada "Cad Cam", pese a que los odontólogos sí que las tenían a su disposición. Se trata de dos tecnologías que permiten una precisa planificación del trabajo dental.
Además, añade que también considera probado que el tratamiento de regeneración ósea tampoco se ejecutó de forma correcta, y que uno de los implantes estaba en una ubicación inadecuada y otros dos no tenían el tamaño preciso. De los 16.950 euros a devolver una buena parte corresponde a daños morales.