La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Guía Secreta De Asturias

Las piedras cuentan su historia

Doiras, en el concejo de Boal, conserva numerosos edificios de interés que reflejan su pasado indiano y el apoyo constante al pueblo por parte de sus emigrantes

Uno de los muchos rincones con encanto en Doiras. ANA PAZ PAREDES

Si hay lugares en Asturias donde la huella de la emigración está presente, uno de ellos es Boal. Difícil es caminar por esas tierras sin encontrar, aquí y allá, edificios que recuerdan el apoyo de aquellos que, tras partir para América, contribuyeron a mejorar la vida de sus vecinos en la tierra de la que un día partieron.

Uno de esos pueblos con encanto, que gusta caminar porque tras cada esquina surge de nuevo un trozo de esa historia de emigración escrita en piedra, es Doiras, capital de la parroquia del mismo nombre y también donde se encuentra su embalse, levantado sobre el cauce del río Navia. Es el segundo embalse construido en esta zona, pues aguas arriba está el de Arbón y, aguas abajo, el de Salime. Su aprovechamiento es fundamentalmente hidroeléctrico, aunque también tiene usos deportivos y lúdicos.

El mejor de los paseos es por los diferentes barrios de esta localidad boalesa con tanta querencia por sus raíces y por la historia de unos emigrantes que es visible a cada paso. Y es que fueron muchos boaleses los que entre finales del siglo XIX y principios del XX cruzaron "al otru llau la mar", camino de América, principalmente a Cuba, pero también, en menor medida, a Uruguay, México o Tampa (Estados Unidos). Desde allí mandaron dinero para construir escuelas, iglesias, lavaderos y hasta carreteras. Ahí está la Sociedad de los Naturales del concejo de Boal, que se fundó en La Habana en 1911 con ese fin.

Por eso emociona recorrer Doiras y encontrarse, además de algunas edificaciones de clara identidad indiana -algunas restauradas y otras en estado de deterioro-, también sus escuelas; la vieja y pequeñina de arriba, y la grande de más abajo, donde incluso había un ala para niñas y otra para niños. Hoy sus instalaciones se usan a modo de centro de reunión de los vecinos. También está la iglesia de Santa María Magdalena y el viejo cementerio, pues existe otro más moderno, y la capilla del Carmen, también conocida como la de "Cadorno", ésta de propiedad particular. Hay varios lavaderos; en uno de ellos, la presencia de una pastilla de jabón Chimbo y el agua blanca denotan que alguna vecina lo sigue usando, algo que poco se ve ya en los pueblos asturianos.

Desde Doiras sale una ruta que lleva hasta Froseira, para seguir hasta el embalse y volver al pueblo. También se puede bajar al embalse desde Doiras mismo. Eso sí, lo mejor y al atardecer es acercarse hasta el bar del pueblo y, mientras se toma una caña, una sidra o un bocadillo sentadinos en la terraza, conocer un poco más de este lugar charlando con sus entrañables vecinos.

Compartir el artículo

stats