El consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, aseguró ayer que no teme que los médicos de la sanidad pública que sigan siendo obligados a jubilarse a los 65 años comiencen a plantear demandas judiciales contra una norma que les hace dejar de ingresar entre 2.000 y 3.000 euros mensuales (la diferencia entre sus salarios como facultativos y la pensión máxima de jubilación).

Del Busto señaló que, pese a las reclamaciones del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), su Departamento no modificará la regulación que establece que los médicos han de jubilarse de forma obligatoria a los 65 años, salvo que quieran seguir y que las autoridades sanitarias consideren que su continuidad es necesaria para la viabilidad del servicio sanitario. En 2009, el Gobierno asturiano adelantó de los 70 a los 65 años la edad de retiro de los médicos. Durante años, las autorizaciones para seguir en el servicio activo fueron muy excepcionales. En los últimos tiempos están aumentando, debido a la falta de profesionales en determinadas especialidades. Dicho de otro modo: lo que eran excepciones, cada vez están convirtiéndose más en regla.

En consecuencia, "¿se cambiará la normativa de jubilación?", preguntaron ayer los periodistas al consejero de Sanidad del Principado. "No se está cambiando ninguna ley", respondió Del Busto. Y prosiguió: "Ya con la Consejería de Sanidad anterior se permitía retrasar la jubilación. Ponemos tres condiciones: que el profesional quiera seguir por encima de los 65 años, que esa plaza y esa especialidad sigan siendo necesarias para el sistema sanitario y que no haya demandantes de empleo para ese puesto y esa especialidad. Si se cumplen las tres, no tenemos ningún problema en que siga. El año pasado, treinta y pico personas lo solicitaron y siguen trabajando, fundamentalmente en medicina de familia, pediatría, anestesia, rayos...".