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Los niños que sufren malos tratos en la región, cada vez más pequeños

La mayoría de los menores tarda más de dos años en contar los abusos o agresiones

Los niños que sufren malos tratos en la región, cada vez más pequeños

El abandono (en el amplio sentido de falta de atención y asistencia hasta el abandono físico), los abusos sexuales y la violencia machista en el entorno familiar son los principales tipos de maltrato a los que se enfrentan los menores y adolescentes asturianos. El maltrato físico -golpes, patadas, puñetazos, gritos...- va de la mano en casi todos los casos, es el más grave y el más frecuente. Seis de cada diez menores sufren estas situaciones en el ámbito familiar y la edad de las víctimas es cada vez menor, con una media de 11,5 años.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio "Evolución de la violencia a la infancia en España según las víctimas", en el que la Fundación Anar alerta del incremento del maltrato a los más pequeños en los últimos ocho años. Se trata del primer estudio de estas características que se realiza en el conjunto del territorio nacional y se basa en las llamadas de solicitud de ayuda recibidas desde cualquier lugar del país así como en su tratamiento policial, jurídico, médico y psicológico.

La primera conclusión es que la violencia sobre los menores aumentó casi un 300 por ciento en ocho años. La edad de las víctimas cada vez es menor y empiezan a sufrirla antes, con una media de 9,6 años. También creció el número de casos entre los 5 y los 12 años, que ya se sitúa en el 22 por ciento, cuando en el año 2009 era del 14,5 por ciento.

El estudio de la Fundación Anar revela que ha crecido la frecuencia y la gravedad de los malos tratos: en el 62 por ciento de los casos se producen a diario y en el 98,5 por ciento son graves o muy graves. Pero además, se prolongan más en el tiempo. Así en casi el 59 por ciento de los casos, los menores sufren esa violencia durante más de un año.

Diana Díaz, directora del Teléfono Anar, en el que se reciben las llamadas de menores y adolescentes, o de los familiares que piden consejo y denuncian, explicó en la presentación del documento y sus conclusiones que "es especialmente preocupante que las víctimas tardan de media dos años en contar lo que está ocurriendo. La soledad acompaña al menor maltratado, porque muchos de ellos se enfrentan solos a situaciones de maltrato en un entorno íntimo y sin testigos, pero también porque no hay quien le escuche".

El estudio destaca que aumentan de manera notable la violencia física fuerte y los insultos. Pero los mayores incrementos se registran en el acoso, el control, el maltrato psicológico (desprecio y humillaciones), y el ciberacoso. En casi el 60 por ciento de los casos, "es la familia la que agrede a los menores", advierten desde la Fundación Anar. Una tasa que llega al 68 por ciento si se suma el porcentaje de las nuevas parejas de alguno de los cónyuges.

En uno de cada tres casos los menores sufren lesiones físicas a consecuencia de golpes, puñetazos, patadas, bofetadas y empujones, que van acompañados de coacciones, gritos e insultos. En muchas ocasiones los pequeños sufren traumatismos, huesos, rotos y contusiones, según revelan las llamadas de socorro al Teléfono Anar.

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