La pobreza se hace crónica y hasta se hereda. Cáritas Diocesana presentó hoy su balance anual de actividades, la Memoria 2017 que demuestra que a un sector importante de la población asturiana los datos de recuperación económica no les ha beneficiado aún. A ese sector discriminado pertenecen las 19.014 personas que han necesitado acompañamiento de algún tipo. Cinco mil familias requirieron ayudas para alimentación, y más de 800 necesitaron apoyo de Cáritas para hacer frente a los gastos de vivienda.

De cada cien euros que Cáritas invirtió en Asturias para sostener socialmente a los más vulnerables, cerca de 39 euros se fueron para paliar los problemas de personas sin hogar, y unos 37 se destinaron a la red de Cáritas parroquiales. Son los dos grandes apartados de gasto durante un año en el que, con patrocinios públicos mantenidos, buena parte de la acción social y solidaria se apoyó en el trabajo de 1.843 voluntarios. El director de Cáritas Asturias, Ignacio Alonso, hizo un llamamiento para que más personas se apunten a arrimar el hombro, "especialmente las nuevas generaciones porque la solidaridad no puede basarse solo en el trabajo de los jubilados".

La secretaria general de Cáritas, Mari Luz Baeza, y la responsable del departamento de estudios de la ONG, Carmen Álvarez, ofrecieron datos para ponerse en guardia. Uno de ellos es que el 65% de las personas que piden ayuda en Cáritas son mujeres. "La pobreza sigue teniendo rostro femenino". Otro dato es que el disponer de un trabajo no libra necesariamente de exclusión. "El 14% de las personas ocupadas están en riesgo de pobreza por culpa de la precariedad laboral. En el último año Cáritas ayudó a 555 familias con necesidades a pesar de que uno de sus miembros estaba trabajando".

Que la pobreza se vuelve pertinaz al margen de los datos macroeconómicos queda más que confirmado con otro de los datos facilitados por los responsables de Cáritas Asturias: Dos de cada tres personas en exclusión social durante la crisis económica ya lo estaban anteriormente. Y lo que es peor, lo siguen estando.