Amaya P. GIÓN

El Juzgado de lo penal de Avilés continúa siendo el que mayor carga de trabajo soporta de Asturias, según fuentes judiciales. La sala acumula 1.400 sentencias firmes, en tramitación y pendientes de ejecución, y triplica el módulo que establece el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para los penales: 450 sentencias, que, una vez firmes, pasan a ser ejecutorias. La sala avilesina ha puesto en marcha un plan para activar estos fallos pendientes desde 2004, pero, aun así, el cúmulo de trabajo es tal que «no se puede abarcar», asegura el secretario de este Juzgado, José Manuel Avello.

Las estadísticas que maneja la Sala hablan por sí solas. El año pasado el Juzgado de lo penal emitió 545 sentencias que, una vez firmes, se convierten en ejecutorias, que hay que tramitar para que se cumplan las condenas. A éstas hay que sumar otras 271 procedentes de los Juzgados de instrucción, que suman 816 ejecutorias sólo a lo largo de 2007. Otro dato significativo: en 2006 el penal recibió 330 sentencias de los Juzgados de instrucción para ser tramitadas.

En el año en curso continúa la tendencia, con la agravante de las consecuencias que acarrearán los dos meses de huelga de los funcionarios de Justicia. El penal ha recibido en lo que va de año 85 ejecutorias de los Juzgados de instrucción (excepto un caso de hurto, las otras 84 son por delitos contra la seguridad vial), cuando el año pasado, por las mismas fechas, la cifra ascendía ya a más de 300. Es sólo una de las consecuencias de la huelga. Al despacho de Avello llegan carros de la compra cargados de expedientes, una imagen que se repite en el resto de salas.

El Juzgado penalista ha tenido que suspender en los últimos dos meses un total de 123 juicios (14 de ellos rápidos y el resto ordinarios). La Sala tiene ya vistas señaladas hasta el 2 de diciembre, por lo que habrá que hacer malabarismos para colar el más de un centenar de juicios pendientes a lo largo del año (además, los señalamientos deben hacerse con un mes de antelación para efectuar las citaciones).

El secretario del Juzgado de lo penal de Avilés tiene claro quién es el culpable del atasco en la ejecución de sentencias que sufre su sala, en particular, y la justicia, en general: «El sistema, que está obsoleto». «Los Juzgados no dan abasto, y no será por el esfuerzo del funcionariado», que, según Avello, es indiscutible: «De hecho, el sistema funciona por el personal», dice. Lo que hace falta, añade, es «un sistema organizado, administrativo y moderno».

«Ahora, con el cambio de legislatura, sería el momento oportuno para revisar el sistema judicial y reformarlo, algo, por cierto, que no es cosa de uno o dos años, sino que lleva mucho tiempo. Avilés tendría que ser experiencia piloto de la oficina judicial hace ya un año», añade el secretario de la Sala de lo penal. Una oficina judicial que, por el momento, sólo tiene el cascarón, con la reforma del Palacio de Justicia de Marcos del Torniello, y que continúa a expensas de la reforma de más de veinte leyes en Madrid.

En cuanto al plan puesto en marcha por el penal para llevar a cabo las ejecutorias pendientes desde 2004, Avello puntualizó: «Hicimos un plan, al que respondieron los funcionarios, para poner en marcha las sentencias firmes a costa de ralentizar las ejecutorias en trámite. Ahora ponemos en marcha las de 2007». Por delante tiene 1.400 sentencias pendientes de ejecución.