E. CAMPO

La idea, acariciada por los responsables del Centro Niemeyer, de cerrar una plaza que su creador definió como «abierta a todos los hombres y mujeres del mundo», arrancó ayer las críticas de todos los grupos en el Ayuntamiento de Avilés, a excepción del PSOE. Así, tanto los dos partidos en la oposición, PP y ASIA, como el socio de gobierno de los socialistas, IU, juzgaron de desatino el planteamiento. No obstante el concejal no adscrito Antonio Sabino defendió la necesidad de acotar el equipamiento, apelando a criterios de seguridad y control. Un portavoz de la Consejería de Cultura, de la que depende la instalación, confirmó la noticia publicada por este periódico pero rehusó realizar declaraciones.

El más acerado en las críticas fue el portavoz de IU, Fernando Díaz Rañón, quien mostró su enfado ante la posibilidad de restringir el acceso al recinto. «La plaza del Niemeyer debe ser una plaza abierta a los hombres y mujeres del mundo y tiene que estar abierta igual que la plaza de España o cualquier otra», aseguró. En su opinión, cerrarla «sería la mayor barbaridad que se podría cometer». Rañón apeló al espíritu de apertura al mundo planteado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y señaló que no sería razonable «ponerle puertas al campo». No es la primera vez que Rañón ve desacertada una decisión de la Consejería de Cultura en relación al Niemeyer, ya que hace unos días también pidió explicaciones por el retraso del fin de obra.

El cierre de la plaza del centro cultural tampoco es visto con buenos ojos por el PP. La concejala Carmen Vega lanzó la idea de «muro de las lamentaciones» que limitará la perspectiva del Niemeyer. «Es una gran idea eso de poner un muro» -ironizó- «por supuesto que no estamos de acuerdo, ya que el Centro Niemeyer se concibió como plaza abierta a todo el mundo». En opinión del PP, vallarlo impediría la total visibilidad del recinto y las perspectivas desde la ciudad. «Una barrera se convertiría en una muralla que lo separa de la ciudad, no es una buena idea».

Vega comparó este equipamiento con el Guggenheim, donde el acceso a su entorno es libre. «No tiene ninguna lógica que se le separe del entorno cuando se supone que ambos deben enriquecerse mutuamente», señaló la concejala. El PP confía en que Cultura reconsidere su proyecto y dé marcha atrás, dejando la plaza abierta.

Los reproches también partieron ayer desde las filas de ASIA, cuya secretaria general, Pilar Rocha, calificó de «vergüenza» el proyecto. «Estamos totalmente en desacuerdo, es un espacio abierto, no pueden construir el muro de Berlín», indicó. Esta decisión resulta más incomprensible para ASIA teniendo en cuenta que su petición de cerrar el parque de Cabruñana por las noches, para evitar el botellón de fin de semana, resultó desechada. «Aquello, solicitado por los vecinos, hubiera sido lógico. Pero cerrar el Niemeyer es totalmente ilógico». Rocha también pidió que no se realicen inauguraciones parciales de los distintos edificios, sino que se espere a que todas las obras estén finalizadas: «No podemos estar inaugurando cosas un día sí y otro también, lo lógico es inaugurarlo todo de una vez».

Por último, el concejal no adscrito Antonio Sabino apeló a los criterios de seguridad y control para justificar su apoyo al cierre del recinto. «Encuentro la medida lógica, es una zona donde el acceso es muy fácil y es razonable controlar de algún modo la entrada a las instalaciones», aseguró el edil. En su opinión, un muro de tres metros no sería la mejor opción. «Pero sí me parece lógico que esté cerrado», concluyó Sabino. Los mismos argumentos de seguridad y control que él esgrime son los que se plantea la Consejería de Cultura a la hora de plantearse el cierre de la parcela.