F. VALLINA / E. CAMPO

La idea de cerrar la plaza Hermanos Orbón para impedir los botellones y el vandalismo nocturno -una propuesta de los comerciantes del mercado- divide a vecinos y a empresarios. Así, mientras los primeros consideran que las verjas no son la fórmula adecuada para garantizar la convivencia, los segundos aplauden la iniciativa porque están hartos de los deterioros que se producen cada fin de semana. Los comerciantes del mercado aspiran a conseguir un consenso antes de plantear en el Ayuntamiento el cierre nocturno de Hermanos Orbón.

La junta directiva de la asociación de vecinos «Pedro Menéndez» del centro acordó, por unanimidad, oponerse a la instalación de verjas, teniendo en cuenta que dicha plaza «fue, es y debería seguir siendo un espacio público y abierto». Y de paso recuerdan que ya el año pasado reclamaron que Hermanos Orbón se convirtiese en plaza mayor, libre del mercado de abastos. Pero además considera la asociación que el cierre nocturno no es una solución para el vandalismo, sino que se impone reforzar las medidas de seguridad, la coordinación de la Policía Local y Nacional y la recuperación de la policía de barrio.

Los vecinos también temen que el cierre de Hermanos Orbón repercuta negativamente en otras zonas de Avilés, como el parque de Cabruñana o Las Meanas, escenario habitual de los botellones. «La solución no pasa por la instalación de verjas ni en la plaza, ni en Cabruñana. La solución pasa por que el gobierno se implique de manera urgente y convoque a los vecinos, hosteleros, y entidades de la zona, a una reunión donde analizar qué está pasando en la zona centro y qué mejoras y soluciones pueden aportar a los avilesinos». La asociación que preside Iván Álvarez Heres dice estar cansada de destrozos y botellones, pero más todavía de tener que seguir denunciando la falta de seguridad e intranquilidad de los vecinos y comerciantes de la zona. «Hay que poner remedio urgente a la oleada de atracos y vandalismo. Y no vale con decir que no pasa nada, los comerciantes lo están sufriendo y hay que darles una respuesta urgente».

Los hosteleros del entorno de la plaza Hermanos Orbón dicen estar «hasta el gorro» y apoyan de forma unánime la propuesta de las verjas. Juan Pedro Sánchez, de la cafetería Eva, asegura que «es la única forma de acabar con una situación que nos está haciendo mucho daño a los hosteleros» y está convencido de que «con esto no puede ni la policía, porque vienen y a los diez minutos ya está otra vez aquí el botellón». María Dolores Ibáñez, del Chicote, afirma que si se cierra la plaza «esto no sería el "meódromo" municipal». Ibáñez explica que «los días en los que se juntan aquí los chavales se queman contenedores, se hacen pintadas en las paredes y lo dejan todo lleno de basura. A nosotros nos desaparecieron veinte sillas de la terraza». En el mismo sentido se expresa el responsable del Café de Mateo: «Estoy de acuerdo en que se cierre porque este es un problema muy serio».

Todos están de acuerdo en señalar que la plaza debería estar vetada al público cuando cierren los negocios. «Tenían que controlar un poco más cuando estamos abiertos y cerrar cuando nos marchemos, quienes tenemos una terraza y pagamos por ella no tenemos por qué aguantar esto», señaló Carmen Álvarez, del Café Avilés.