El área recreativa de Pulide, construida en 1995, es una de las más conocidas de la comarca principalmente por la celebración cada mes de junio de una fiesta popular que reúne en lo alto de la sierra a vecinos y visitantes. Pero este enclave es mucho más que un «prao» para la folixa. La sierra prelitoral de Pulide, la más baja de Asturias con 433 metros de altitud, es uno de los mejores miradores de Castrillón. Desde el Prau'l Marqués se divisa, en días sin bruma, desde el Cabo Peñas a Busto y desde los Picos de Europa hasta las cimas que dibujan el Camín Real de la Mesa. «Lo más llamativo de este lugar es el paisaje», asegura Fran Baena, del colectivo ecologista de Avilés, que critica el abandono de este espacio natural que limpian de tanto en cuando los vecinos mediante sextaferia.

«Esta zona está bastante despoblada -la sierra está rodeada de pequeñas poblaciones rurales- y por este motivo crían aquí especies tan interesantes como el gavilán o el azor. También rapaces nocturnas como la lechuza o el búho real», asegura Baena, que insta al Ayuntamiento de Castrillón a retomar proyectos para la promoción y protección de la sierra de Pulide que quedaron en el olvido. «En su día se empezó a hacer una senda de árboles autóctonos que desapareció, se intentó sacar adelante un plan de uso y gestión paisajístico de la zona...», manifiesta Baena, que destaca que la situación de dejadez en este punto es tal que hace tres años se plantaron de nuevo árboles autóctonos en Pulide «que ya están siendo comidos por la maleza».

«Se podrían hacer rutas medioambientales, rutas dedicadas a los ciclistas que frecuentan este lugar, rutas para peatones muy sencillas con salidas desde Piedras Blancas o Salinas, se podrían organizar carreras de orientación y se podría dar también información y promocionar este lugar», subraya Fran Baena, que incide en que la sierra de Pulide tiene capacidad para ser explotada ambiental y culturalmente. Dicha sierra limita con Castrillón, Illas, Soto del Barco y Candamo si bien el área recreativa, donde está el punto más alto del enclave, pertenece a los castrillonenses. «Aún así se da la curiosidad de que es el Ayuntamiento de Soto el que ofrece más información de la zona», concluye Baena.