Agencias / S. F.

A la coreógrafa y bailaora sevillana María Pagés le ha dado «pena» que el gobierno de Asturias haya decidido no prorrogar a la Fundación del Niemeyer la cesión de las instalaciones del complejo cultural que diseñó el arquitecto brasileño. Pese a ello confía en que «se encontrará una buena solución» al problema abierto hace tres meses y solucionado por la vía del apremio la semana pasada.

María Pagés hizo estas declaraciones poco después del debut madrileño de «Utopía» en el teatro Español. El espectáculo de la sevillana recogió sus primeros aplausos en la capital el mismo día del cumpleaños de Oscar Niemeyer: el día 15 de diciembre.

«Utopía» se había estrenado en el auditorio del Centro Niemeyer de Avilés el 8 de octubre y, tras una segunda función, al día siguiente, ha permanecido guardada hasta su estreno en la capital. «Lo de Avilés fue muy especial. Estar en ese sitio tan lleno de la energía de Oscar... Me sentía muy tranquila porque todo fluía. Un estreno es siempre muy estresante, pero aquel fue de disfrutar y además vino mucha gente de Japón, donde se representará en 2013, y de Moscú, donde se verá, también en 2013, en el Festival Chejov», explicó la bailaora y coreógrafa.

Pagés, dueña de una agenda repleta de giras con «Duna» y «Autorretrato», no tenía intención de ir «tan pronto» a Madrid pero «surgió la oportunidad de estar en un teatro tan especial y grande como el Español y todo encajó perfectamente». Transmite la filosofía inspiradora que fue para ella el arquitecto brasileño en cada latido de sus pies y de sus manos, como ella misma dice, y en su propósito de buscar el cielo y a la vez envolverse, como una escalera de caracol, en vez de «por bulerías» pareciera que baila «por niemeyers».

La artista dirige e interpreta 70 minutos de descarga energética con otros ocho bailaores y siete músicos en una escenografía -diseñada por ella con la colaboración del arquitecto Jair Valera, la «mano derecha» de Niemeyer- que posa en el gris del cemento y «el rojo Niemeyer» sus bases para que el cuerpo aparezca como una escultura.

Tras dos entrevistas con el arquitecto, orquestadas por el que era director de la Fundación del Niemeyer, Natalio Grueso, nació «Utopía», «el buen lugar», en su etimología griega, que no podía estrenarse en otro sitio que el centro cultural que llevaba su nombre. «Conocer a Oscar me dio el complemento ideal a esa inquietud de reivindicar la ética que tengo desde hace tiempo. Él me dio la llave para decir todo lo que digo en 'Utopía'», subraya. La máxima aspiración vital de Pagés es trascender para ayudar «a que este sea un mundo mejor», concluyó.