S. FERNÁNDEZ

Los «fotorrojos» que el Ayuntamiento de Avilés colocó en la plaza de los Oficios están estropeados desde finales de octubre. Hace cuatro meses que permanece averiada una pieza que activa las cámaras de fotografías. Las autoridades municipales instalaron en la salida de la ciudad estos radares -que fotografían al conductor que pasa un semáforo en rojo- con el fin de evitar así accidentes. Y también se convirtieron en un foco de multas. La plaza es, de hecho, escenario frecuente de incidentes puesto que es el cruce de los dos tramos de la calle de Llano Ponte, El Muelle y Marqués de Suanzes. La pieza estropeada, según ha sabido este periódico, tiene que ser importada.

Avilés fue una ciudad pionera en la instalación de los radares urbanos. Comenzaron a funcionar, de hecho, el 9 de octubre de 2008. Aquel mes la Policía Local impuso 1.230 sanciones y en apenas 90 días los agentes multaron a 2.862 conductores más a razón de 150 euros y pérdida de 4 puntos del carné por sanción. Este método de «cazar» infractores fue polémico desde el primer día. Los usuarios consideraban que la máquina era implacable, es decir, multaba a los que se pasaban los semáforos en rojo, pero también a los que pasaban en ámbar. En varias ocasiones los concejales de la oposición habían reclamado al Ayuntamiento la regulación del ingenio. Otros usuarios, sin embargo, consideran que el radar sólo «caza» a los infractores de tráfico y esos han sido muchos.

En este sentido hay que recordar que un juez anuló hace un par de años una sanción de 150 euros y 4 puntos de carné que la Policía Local impuso a un conductor avilesino por saltarse un semáforo en rojo. El sancionado, tras agotar la vía administrativa, presentó un recurso contencioso contra el Ayuntamiento con el que intentó demostrar que el «fotorrojo» de la plaza de los Oficios eran impreciso y que la luz del semáforo estaba en ámbar cuando lo superó.

En mayo de 2008 se inauguró el centro coordinador de tráfico de Avilés. El Ayuntamiento instaló entonces nueve cámaras de televisión que repartió por toda la ciudad. Estas cámaras están conectadas a un «cerebro» informático y ofrecen, información durante las 24 horas del día sobre la situación de la circulación en las principales vías del municipio. El nuevo servicio de control de tráfico de Avilés, el primero de España de estas características, aglutina en una única aplicación la gestión de los semáforos existentes en 53 de los 72 cruces del municipio y los controles de accesos al casco histórico. Permite, además, influir en la circulación gracias a ocho programas informáticos inteligentes. Los polémicos «fotorrojos» que se regulan desde este centro esperan ahora su paso por el taller de reparaciones.