Aurelio ARGEL

La Asociación de Música Tradicional Muyeres y Factoría Norte representa a las ocho de la tarde en el Centro Cultural El Valey de Piedras Blancas el espectáculo «Inda Suenen». Esta bella propuesta aúna música de raíz asturiana y teatro pero se aleja del tópico de simple muestrario de bailes, toques, cantos e indumentaria tradicional . «Inda suenen» refleja distintos sentimientos y emociones, amor, desengaño, risas, esfuerzo, rituales, religiosidad y la fuerza de la femineidad. Es un proyecto desarrollado sobre una idea original de Marisa Luque, con dirección musical de Constantino Menéndez y dirección escénica de Borja Roces. Fue estrenado por vez primera en el verano de 2010 en el Teatro Palacio Valdés para al Festival Beltaine y también pasó por el Teatro Jovellanos de Gijón en 2011.

Responsables de la puesta en marcha de este espectáculo señalaron en su momento a LA NUEVA ESPAÑA que «con este proyecto llegaba el renacer del Colectivo Muyeres y su afianzamiento, dejando atrás -pero sin olvidar, por cuanto supuso en su momento- las actuaciones locales, nacionales e internacionales con los discos «Muyeres I y II», «Pasamentu» y "»Ónde canta la culiebra» y con otros artistas de la música asturiana.

Borja Roces, director escénico del espectáculo, destaca que en «Inda suenen» se podría volver a disfrutar con «lo tentador y atractivo que es poder mostrar la tradición sin estereotipos saliéndose de los caminos trillados y al modo teatral».

«Los amores y los xuegos», «les rises y les penes», «la vida pela pelleya», «les gadañes na memoria», «inda suenen», «Les muyeres» y cierre con «inda suenen» son los pasajes de la obra sustentados por textos reelaborados, cortos y a recitar en el espectáculo. Serán veinticinco piezas seleccionadas de los cuatro dobles discos de «Muyeres» interpretadas por diecisiete componentes de la asociación acompañadas por David Varela (La Bandina) al acordeón, por Llorían García (Dixebra) a la gaita y Celia González (de Muyeres) a la zanfona.

Entre las voces del colectivo, señalar la de la gran dama de la tonada asturiana Mariluz Cristóbal Caunedo junto a la de Marisa Miravalles, Lucía G. Palomares, Leticia González o Mónica Menéndez. En la escena habrá una mujer, la actriz Ana Morán, interpretando textos de Susana Sela y del citado Borja Roces. Es el papel de una mujer a la búsqueda de su esencia, sueños, pasado, presente y futuro ya palpable. No habrá presentaciones ni irá ataviada con el traje tradicional, algo descartado por lo actual de la propuesta y por el sentido buscado de huida de los localismos. No es un retrato teatral-musical costumbrista. Ana Morán será la imagen femenina de ese pasado tradicional, nexo a su vez con la vida de la mujer de hoy. Recuperación, enlace y las esencias del camino; la mujer como vital sustento de la sociedad tradicional, como creadora y transmisora de cultura, como guardiana del amplio saber popular intentando romper los restringidos espacios a los que se vio reducida durante demasiado tiempo.

«Muyeres» - indicaba Borja Roces sobre el desarrollo de la obra- «estarán en escena desde el inicio porque se buscó agilidad en el desarrollo sin la interrupción de entradas o salidas. La actriz se dirigirá a ellas -a las mujeres- en determinados momentos y también se dirigirá al público en momentos precisos». Protagonismo importante para este montaje se reserva para los novedoso en cuanto a tratamiento de luz, sonido y movimiento escénico enriqueciendo así un decorado casi desnudo (árboles difuminados) y por la gran labor de iluminación que contribuirá a mostrar las sombras y el clarear llegando hasta un final de sutil guiño al presente con el despojo de ciertos corsés. «Yo les dije a ellas» -señalaba el director en el momento del estreno- «sois mujeres; trabajadoras y mujeres en el cotidiano día a día además de recuperadoras y divulgadoras de un pasado que os identifica y que os debe mucho. Así debéis mostrarlo».