Gloria a los vencidos. En este caso a los pescadores y armadores avilesinos de buena fe que capitaneados por Manuel Chedas quisieron medir sus fuerzas en las urnas con la candidatura que lidera Luis Brun Espiña y respaldan los armadores que en su día montaron Lonja Avilés al objeto de gestionar la rula. Chedas y compañía querían un duelo electoral «limpio y plural», pero pasaron tantas y tan extrañas cosas aún no explicadas por la dirección general de Pesca que resultó imposible. Así que hoy sólo será posible votar a una lista; si alguien quería ganar el partido por el control de la cofradía «Virgen de las Mareas» sin bajarse del autobús lo ha logrado. El otro equipo, harto de promesas incumplidas y mareado por decisiones difíciles de entender -más cuando parten de la propia Administración que se supone que debe velar por los derechos de los colectivos a los que representa- ha tirado la toalla. Adiós a la posibilidad de devolver la armonía al sector pesquero avilesino, a tomar viento todo atisbo de paz en una entidad que lleva años instalada en la esquizofrenia.