E. CAMPO

El propósito del gobierno corverano de erradicar los eucaliptos y demás plantas invasoras del concejo, que se recoge en el Plan General de Ordenación -pendiente de aprobación en la CUOTA-, ha venido a topar con la encarnizada oposición de los empresarios y propietarios forestales. Los afectados por esta medida no dudan en tachar de «cacicada» la decisión de eliminar estas especies, y auguran que, de llevarse a cabo en la región, el territorio asturiano se convertiría en un desierto. La Asociación Asturiana de Empresarios Forestales y de la Madera (Asmadera) ha presentado varias alegaciones a la ordenanza fiscal reguladora de plantaciones y tala de madera de Corvera y advierte de que las compensaciones anuales a los propietarios alcanzarían la cifra del medio millón de euros: los correspondientes a las 15.000 toneladas anuales de madera que se cortan. En Castrillón son unas 25.000 al año, valoradas para los propietarios en 750.000 euros, y en Illas 5.000, valoradas en 150.000.

Luis Enrique García, presidente de Asmadera, se hace portavoz de «la oposición frontal y radical del sector forestal asturiano, y particularmente de los empresarios forestales», y apuesta por el «cultivo de la madera» como una opción más para el desarrollo de la economía rural de forma sostenible. «El ataque frontal a derechos adquiridos y protegidos por la ley de los propietarios forestales nos parece una cacicada en toda regla, un intervencionismo desmedido más propio de países como Cuba o Venezuela».

Esta asociación de empresarios asegura que está de acuerdo en que el monocultivo no es el futuro, pero señala que los pinares y eucaliptales ocupan sólo alrededor de un diez por ciento de la superficie total de Asturias y menos de un 14 por ciento de la superficie forestal. Estas cifras contrastan con los datos de la Coordinadora Ecologista de Asturias, que asegura que los eucaliptales son ya 60.000 hectáreas, que considera que es un 80 por ciento del arbolado de la región. Asmadera, en cambio, asegura que sólo de castaños hay unas 100.000 hectáreas, lo que iguala a la superficie de pinos y eucaliptos. «No es un cuento, está recogido en los inventarios forestales», afirma Luis Enrique García.

Otras cifras que esgrimen los productores para defender el cultivo de eucalipto se refieren al trabajo que generan. «Asturias cuenta con una industria de aprovechamiento y transformación en la que hay más de 200 empresas y más de 3.000 empleos entre directos e indirectos, dos tercios de ellos dedicados en exclusiva al eucalipto. Y más de 250 camiones trabajan a diario para el sector forestal», señala el presidente de Asmadera. Según sus datos, anualmente se cortan en Asturias más de 700.000 toneladas de madera: dos tercios son eucaliptos. Y su valor previo a la transformación industrial supera los 30 millones de euros anuales: de ellos, 20 millones se quedan en el bolsillo de los propietarios forestales, según Asmadera. «Todo esto no se puede despreciar, es riqueza del medio rural, es empleo y riqueza», defiende Luis Enrique García. Además asegura que no hay alternativas viables.

Los productores no ahorran calificativos a la hora de enjuiciar la decisión del gobierno corverano de erradicar los eucaliptos de su concejo. «Nos parece un planteamiento cargado de altísimas dosis de demagogia política, muy de moda en Asturias en los últimos tiempos, lleno de tremendas lagunas legales que esperemos que se corrijan en tramitaciones posteriores, y que además proviene de posicionamientos políticos muy minoritarios en la región», zanja García. En opinión de Asmadera, existe «una demagogia muy clara» en lo que se refiere al cultivo de eucalipto: «Lleva implantado más de 200 años en el norte de la Península Ibérica y si tuviera esos efectos devastadores para la hidrología y el medioambiente ya serían claramente notables después de dos siglos. Pero los estudios técnicos existentes sobre la materia no son de tinte catastrofista, como nos quieren hacer creer determinadas formaciones políticas y grupos de opinión».

Uno de los argumentos de las alegaciones de Asmadera se refiere a la competencia municipal. Y es que los empresarios aseguran que la actividad forestal ya está regulada por el Principado de Asturias a través de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos. «No parece muy lógico que una misma actividad esté regulada por dos administraciones públicas simultáneamente y con normativa distinta que se intenta aplicar solapadamente». Así, Asmadera repasa la legislación para afirmar que Corvera no tiene competencias forestales. Es más, según Luis Enrique García, la propuesta corverana atenta contra el derecho a la propiedad privada que establece la Constitución. Y pregunta si también hay que erradicar las plantaciones de kiwi y de maíz o las vacas frisonas, por ser también especies alóctonas.

«Los mismos que defienden estas medidas demagógicas para proteger el medioambiente y la biodiversidad son los mismos que apoyan que se siga quemando carbón para producir energía, eso es cinismo. Además, los restos de las cortas se están aprovechando para generar energía renovable», argumenta el presidente de Asmadera. En su opinión, «el modelo que pretende el Ayuntamiento de Corvera no es que Asturias no se parezca a Australia, sino que se parecerá al Sáhara puesto que a ningún propietario le interesará invertir en un monte para no ganar nada». Por eso apela a la «reflexión» y a poner encima de la mesa todos los pros y contras del eucalipto.