Los niveles de mercurio gaseoso en aire registrados en la caseta de medición de Las Arobias (frente a las oficinas centrales del Puerto de Avilés) «no suponen riesgo para la salud». Esto es, al menos, lo que sostuvo ayer la consejería de Fomento del Principado de Asturias por medio de una nota remitida a los medios de comunicación. Esta nota llegó al día siguiente de que el diputado Gaspar Llamazares (Izquierda Unida) reiterase su afirmación de que la contaminación atmosférica por metales pesados había traspasado las instalaciones de la compañía Asturiana de Zinc, donde a comienzos del pasado mes de diciembre se detectaron los primeros casos de envenenamiento en trabajadores de la auxiliar Ingeniería Montajes del Norte (Imsa), encargada de realizar labores de reparación en el intercambiador número 4 de la planta de tostación.

Las 8.676 mediciones («una cada cinco minutos», según indica la mencionada nota) fueron realizadas en las cercanías de las instalaciones de la compañía Asturiana de Zinc (Azsa), en San Juan de Nieva, entre los días 12 de febrero y 14 de marzo y fueron encargadas por el Principado al área de contaminación atmosférica del Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA) del Instituto de Salud Carlos III.

Fomento recibió la información remitida por el CNSA y, posteriormente, la sistematizó «siguiendo la normativa y recomendaciones a nivel nacional e internacional sobre mercurio», continúa la misma nota. La conclusión alcanzada por el Principado es que «los valores recogidos están 100 veces por debajo del valor guía establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de 30 veces por debajo de lo que aconseja la Agencia Americana de Protección Ambiental (USEPA), que tiene una de las normativas más restrictivas».