La muralla avilesina es de asfalto. Los ya habituales problemas de entrada y salida a la ciudad se han visto agravados en los últimos meses por la ejecución de obras de rehabilitación en Llano Ponte, que ralentizan considerablemente el tráfico, y por los nuevos baches en las avenidas de Lugo y Los Telares. La N-632 no da tregua a los conductores. A esos dos puntos negros del tráfico se suma, a algunas horas, la glorieta del «Nudo» de Pepe Noja, en la zona alta de la cuidad, y la densidad de circulación en Buenavista.

Las obras en Llano Ponte, la gran inversión municipal de 2012, comenzaron hacer prácticamente un año, ya que se programaron en fases. Emplear esta vía es un seguro de atasco, y es fácil emplear más de diez minutos en recorrer el medio kilómetro que separa la plaza de Santiago López del cruce con la avenida de Cervantes. Los comerciantes han mostrando en varias ocasiones su impaciencia por la suciedad, ruidos y perjuicios que les ocasiona la obra, por más que aplaudan su ejecución. En cuanto a los conductores, se quejan de que no haya presencia policial que ayude a agilizar el tráfico, con coches mal aparcados y cambios frecuentes de carril incluidos.

Sin embargo, donde las quejas se han hecho ya costumbre son en las avenidas de Lugo y Los Telares. En estas vías el Ministerio de Fomento acometió recientemente una intervención valorada en 70.000 euros. Y los vecinos no dudan en asegurar que fue un derroche total, en vista de los resultados. «Tiraron 70.000 euros a la alcantarilla, circular por la Avenida de Lugo se está convirtiendo en un deporte de riesgo», espetó el presidente de la asociación de vecinos de Jardín de Cantos, Antonio Cabrera. Él señala como muestra de la deficiencia de la calzada el bache que está a la altura del Hotel San Félix. «La gente sortea el bache, se sale al otro carril, y puede armarse una muy gorda», añade. No es el único que tiene este temor: «No se puede circular por allí, es un peligro», añade María Fernández, conductora habitual por la vía. Los vecinos consideran que las reparaciones hechas por Fomento no sirvieron de nada, poco más que una «chapuza». «Hay que hacer una renovación del asfalto, si no no hacemos nada y los baches vuelven a reproducirse; en cambio lo que hicieron es despilfarrar el dinero sin ningún objetivo», sostiene el presidente de Jardín de Cantos.

A todas estas quejas se suma, desde hace unos días, la protesta por la instalación de unos nuevos semáforos junto a la glorieta de los autobuses. La circulación está siendo más lenta de lo que era habitualmente, si bien los responsables municipales argumentan que se trabajará para mejorar los tiempos de apertura del semáforo, y que además así será menor el riesgo de atropello para los peatones que crucen por Pruneda.