El albergue municipal de transeúntes de Avilés, que gestiona Cáritas, ha estado colapsado durante las dos primeras semanas de agosto debido, fundamentalmente, al cierre estival de recursos de asistencia similares en León, Oviedo y Cudillero. No obstante, según señaló el responsable de Cáritas de Avilés, Joaquín García, este año la afluencia ha sido incluso superior a la de agostos anteriores, donde también se notaba un repunte de transeúntes en la ciudad. «Hubo una afluencia exagerada», aseguró García. La consecuencia de esta presión asistencial es que hubo varios días en los que ni el albergue avilesino ni tampoco los de Gijón y Oviedo tuvieron ni una sola plaza libre, y muchos demandantes de cama se tuvieron que quedar en la calle. Unido esto al habitual repunte de personas que pernoctan en la calle durante el verano, por las benignas temperaturas, numerosos cajeros y portales del centro de Avilés están siendo utilizados estos días como refugio nocturno.

Los recursos que cierran por vacaciones, y que desestabilizan de este modo a la población sin techo, son el Albergue de Transeúntes de León, el de Cudillero y el «calor y café» de Oviedo, un local con literas que abre de noche y que permite también a los usuarios tomar una bebida caliente. Esta restricción de posibilidades hace que los transeúntes se concentren en las ciudades donde se mantienen abiertos los albergues. Según explicó Marisa González, educadora del albergue avilesino, estas personas no abandonan la ciudad, aunque se hayan quedado sin cama, para madrugar al día siguiente y así poder obtener una plaza.

La norma establecida para este tipo de residencias es que los usuarios no pueden pernoctar en cada albergue más de tres días al mes, y lo habitual es que los transeúntes se desplacen incluso por todo el norte de España, en un «circuito» de albergues. Cuando es viable, los responsables de estas instalaciones pueden ampliar la estancia máxima permitida, pero estos días en Avilés fue imposible, debido a la gran demanda. «No hemos podido alargar ni un día más de los tres habituales, porque nos quedaba gente fuera», señaló Marisa González. No obstante, el albergue avilesino sirvió comidas y cenas a todos los sin techo, tuvieran o no plaza para dormir.

Según los responsables de este recurso asistencial, ubicado en la calle de La Estación, los usuarios de este mes de agosto son, en su mayoría, los habituales en este tipo de establecimiento, con escasas excepciones. «La mayoría son gente conocida, que hace el recorrido de albergues por esta zona», apuntó Marisa González. Y subrayó: «Pero el colapso no fue sólo en Avilés: en Oviedo y Gijón están igual debido al cierre de otros recursos en verano».