"Soy consciente de que trabajar en la mar es "tercermundista" pero si volviese a nacer sería marinero otra vez", sentenció ayer Luis Servando Peláez, un luanquín jubilado de la Marina Mercante y de la pesca que entregó 40 años de su vida a navegar sin descanso por mares de medio mundo. Durante ese tiempo, Peláez vivió buenos momentos, pero también otros muchos muy duros. "De aquella no pasabas casi tiempo en casa. Yo vi nacer a los mis "fíos" de casualidad; tuve suerte y estaba en Gijón, pero para la comunión de uno de ellos me acuerdo que marchaba para Indonesia y pasamos por Luanco pitando en barco", relató entre risas mientras subía las escaleras del centro museístico luanquín rumbo a la segunda planta. Allí se celebró el noveno encuentro de los capitanes gozoniegos de la Marina Mercante; o, mejor dicho, de los "capitanes de historias", porque si algo abundó ayer en la capital gozoniega fueron precisamente relatos llenos de recuerdos y anécdotas.

Más de medio centenar de marinos del concejo y otros puntos de Asturias y de España se dieron cita en Luanco un año más para echar unos cantarinos y, sobre todo, compartir experiencias. Alfonso Álvarez, el más veterano del grupo con 83 años, aunque camino ya de los 84 que cumplirá el próximo día 8, fue uno de ellos. Enamorado de su profesión, recurrió a una canción para expresar su sentir: "Ese mar tan bello que es un traidor".

Más animado a contar sus peripecias en alta mar estuvo Benito Menéndez. Este práctico de Gijón y natural de Bañugues puede presumir de ser el único capitán español en ostentar el título del "Gallardete Azul". Según manifestó, este premio lo consiguió con un barco argentino de pasajeros, el "Catalonia L", que batió el récord en su viaje inaugural entre Nueva York y Tarifa. "Fue una experiencia muy bonita. Y eso que teníamos que dormir en colchonetas, porque en la embarcación no había camas; eran todo asientos", dijo mientras degustaba un trozo de tortilla.

Porque sí, todas estas historias estuvieron acompañadas de comida. El tradicional aperitivo que todos los años ofrece la asociación Amigos del Museo Marítimo en sus instalaciones no podía faltar después de una jornada intensa de recuerdos y sentimientos que comenzó ya a las doce de la mañana con una misa. Tras la liturgia se rindió homenaje a dos capitanes del grupo: Jorge Menéndez (práctico en Avilés) y Rafael Carrero (subjefe del servicio de salvamento con base en Madrid). La reunión concluyó con la noticia de que los marinos ofrecerán este año al Cristo de El Socorro un timón de flores que llevará los colores de la bandera de España. Según explicó uno de los impulsores, Juan José Ochoa, la idea es que esta tradición se prolongue en el tiempo.

Aparte del encuentro de capitanes, ayer Luanco fue escenario de un amplio programa festivo. Hubo un cross escolar, desfile de cabezudos con charanga, gran verbena con la orquesta "Marimba" y, por supuesto, nuevas actuaciones del Certamen de la canción marinera y habanera "Villa de Luanco".