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"Coles" volcados con el medio ambiente

Las escuelas infantiles La Toba y La Magdalena, el colegio El Quirinal y el IES Virgen de La Luz, premiados por Cogersa por sus buenas prácticas en reducir, reutilizar y reciclar residuos

A la izquierda, alumnos del colegio Quirinal, en un mercadillo de trueque de libros. A la derecha, una niña de la escuela infantil La Toba prepara un semillero en una huevera.

Cuatro centros docentes de Avilés figuran entre los doce colegios e institutos ganadores del último concurso "Reducir, reutilizar y reciclar en comunidad" (correspondiente al curso pasado) que organiza Cogersa dentro de la llamada Red de Escuelas por el Reciclaje: las escuelas de educación infantil La Toba y La Magdalena, el colegio público El Quirinal y el instituto Virgen de La Luz. Al certamen optaron 32 centros de 14 municipios asturianos con un total de 7.373 alumnos. Hace unos días, los representantes de los centros premiados recogieron los diplomas en un acto celebrado en Oviedo coincidiendo con la celebración de una sesión informativa sobre los contenidos que reúne la novena cita de este programa, así como sobre sus objetivos estratégicos y novedades de la programación. Para su desarrollo, Cogersa busca este curso implicar a las familias de los jóvenes en la cultura de las tres erres citadas.

Los premios se distribuyen en tres apartados. En el correspondiente a Prevención en origen, la escuela infantil La Toba recibió el reconocimiento por el proyecto "RRR en comunidad". Entre las actuaciones emprendidas a lo largo del pasado curso en este centro que acoge niños de entre 0 y 3 años figura la reducción de materiales reutilizando diferentes residuos. Así, a la hora de pintar, en La Toba se aprovecha casi todo; los pequeños utilizan estropajos, chupetes, cepillos de dientes, botes de roll-on o tenedores en desuso para desarrollar su actividad artística y creativa. También emplearon botellas para estampar y otros envases para ejecutar entretenidos juegos.

Con motivo de la celebración del Día de la Paz y basándose en el cuento "Sólo una puntita", cada escolar realizó un trozo de una bufanda del relato con restos de lana y tela para confeccionar un collage. Y los restos de unas tablas de madera que facilitó un padre -de profesión carpintero- fueron el punto de partida para organizar un concurso de adornos de Navidad reciclados con las familias. Asimismo, los padres se sirvieron de objetos ya descartados para la elaboración del disfraz que los pequeños lucieron en carnaval.

En este mismo apartado figura el proyecto del instituto Virgen de La Luz. Entre las múltiples acciones llevadas a cabo por los jóvenes en el trabajo titulado "Convivencia 3R" figura su participación en la Semana Europea de Residuos centrada en la alimentación, o el montaje de un mercadillo de intercambio de libros usados para conmemorar el Día del Libro. La mecánica utilizada consistió en que cada donante recibía vales para intercambiar por otros ejemplares. "Llevamos colaborando con Cogersa desde hace nueve años porque consideramos que es prioritario concienciar al alumno sobre la reutilización y el reciclaje. Aún así, hemos detectado que se está caminando hacia atrás; hay otras preocupaciones más importantes", indica Guadalupe Pérez-Lozao Masías, profesora de medio ambiente en La Luz.

En este sentido, señala que el citado retroceso se hace notar, por ejemplo, en que "hay más comida basura en la alimentación de los jóvenes". Este tipo de hábitos y detectar que "se da menos importancia a las cuestiones cívicas en general nos lleva a la necesidad de continuar trabajando; aún así, hay momentos que cuesta avanzar", confiesa la docente. Para estimular a la población en general a modificar comportamientos poco respetuosos con el medio ambiente considera que "se debería recompensar la labor de reciclar. La ciudad ve mucho esfuerzo y pocas recompensas. En el centro, para motivar a los jóvenes les damos premios; a veces, ellos, por rebeldía no reciclan".

Tras siete años en la Red de Escuelas por el Reciclaje, el colegio público Quirinal también sigue empeñado en volcar tiempo y esfuerzos en los aspectos relacionados con el reciclaje y, por ende, con el cuidado del medio ambiente. "Nos involucramos todo el centro y el objetivo es concienciar al conjunto de la comunidad educativa", resalta María González, jefa de estudios.

Esta dedicación y entrega ha tenido su recompensa en forma de premio. El colegió optó al concurso en el apartado de reutilización y preparación para la reutilización con un proyecto denominado "Así se reduce, reutiliza y recicla en el colegio El Quirinal". Entre otros aspectos, consistió en transformar diferentes residuos en material didáctico: relojes reciclados para trabajar las horas dentro del área de matemáticas, creación de figuras geométricas con palos de helados, elaboración de materiales para la práctica de la lectoescritura reutilizando pinzas, o confección de mapas de España con materiales de desecho para trabajar el ámbito físico, natural y político.

En El Quirinal, alumnos y profesores han asumido la recogida separada de envases, papel y cartón, cartuchos y tóner, aceite doméstico usado y pilas. "En los pasillos tenemos contenedores azul y amarillo y en cada piso hay unos responsables de vaciarlos". Pero también se optimiza el uso del papel (al aprovechar las dos caras de los folios, reduciendo el tamaño de la letra o sustituyendo la documentación escrita por la copia digital en los casos que es posible) y se fomenta la reducción de envases y envoltorios en el almuerzo. "Les pedimos que traigan el aperitivo en una bolsa de tela o en un túper", anota María González al tiempo que recalca que "hay que incidir sobre el tema a lo largo de todo el curso".

La imaginación y la creatividad puestas al servicio del reciclaje están muy presentes en la Escuela infantil La Magdalena. Tales aptitudes llevadas a la práctica y con llamativos resultados fueron reconocidas por Cogersa. El centro resultó premiado en el apartado Campañas para difundir el reciclaje con un trabajo titulado "ReciclArte", que consistió en la elaboración de un mural basado en el cuadro "El jardín", de Joan Miró . "Lo dividimos en 37 trozos, tantos como alumnos, y los padres los llevaron a casa para decorarlos. Se trataba de usar cualquier objeto reciclado: tapones, pinzas, envases, telas? Únicamente había que respetar el color. Una vez devueltos, se recompuso la obra", relata Yolanda López García, educadora del centro infantil que al igual que La Toba acoge a niños de 0 a 3 años.

Dada la corta edad de los alumnos, la escuela involucra a los padres en cuantas acciones se llevan a cabo. "Las familias responden muy bien", señalan desde la dirección. Fruto de esta buena disposición surgieron adornos navideños a partir de residuos sorteados entre las familias para la decoración de las dependencias educativas , o se montó un árbol reciclado en el vestíbulo que cambia de elementos según las estaciones. Los niños, por su parte, trabajaron en unas jardineras para crear un pequeño jardín vertical en el patio, o hicieron sus pinitos como agricultores en un huerto, sobre todo en los meses de primavera.

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