"Los que nos hemos ido llevamos tatuada una brújula cuya flecha siempre señala al punto cardinal de nuestro querido Luanco; ese pueblo que nos vio nacer y crecer". Estas palabras fueron pronunciadas ayer con una "dulce emoción" por la física Rocío Fernández Artime (1967), encargada de abrir las fiestas del Santísimo Cristo del Socorro. Ante una multitud de público que abarrotó el salón de actos del instituto, Fernández pronunció un pregón que fue especial por dos motivos. El primero de ellos, por ser una mujer, la tercera en la historia de esta celebración que cuenta en voz alta sus sentimientos y recuerdos. Y el segundo, por la emisión de un vídeo en el que su hermano, Ángel Fernández, nombrado el pasado año máximo responsable de la orden salesiana, se dirigió desde Roma a sus paisanos para desearles un "estupendo inicio de las fiestas".

Y estupendo, o mejor dicho emotivo, lo fue. Rocío Fernández, que dirige la unidad de eficiencia energética del grupo Gas Natural Fenosa, subió al escenario tras ser presentada por el Alcalde de Gozón, Ramón Artime. El regidor destacó la trayectoria profesional de la pregonera y manifestó que pese haber sido "ciudadana de muchas ciudades, nunca renunció a su patria". Y así lo corroboró Fernández durante su intervención. Una intervención que comenzó con los mensajes de Whatsapp y de Facebook que sus amigos y vecinos le enviaron una vez que supieron que ella sería la pregonera del Socorro.

Uno de esos mensajes decía lo siguiente: "Hacía muchos, muchos años que no teníamos pregonera". Esa frase le sirvió a la física para hacer una breve reseña al "gran coraje de la mujer gozoniega". A esa mujer, según detalló, "que convivió con la dureza del campo, la mina y el mar; que vivió la industrialización de nuestro pueblos; y que tejió auténticas maravillas en la malla (?)". Para todas ellas pidió "un sentido respeto y una gran ovación". Llegaron así los primeros aplausos del público, y eso le dio fuerzas a la pregonera para pasar a evocar sus recuerdos de infancia.

Según relato, nació "entre nasas, miños y tarrafino, oyendo hablar de 'La Esmeralda', 'Los Capachos' y 'El Rociángel'", las lanchas que hubo en su familia. Aprendió a nadar en el Cabo Peñas con una cuerda atada a la cintura y creció oliendo el ocle de la Ribera; ese que se llevó en la maleta para desarrollar su actividad laboral lejos de Asturias. Fue entonces cuando recordó a los personajes ilustres de su pueblo, entre ellos, su hermano: Ángel Fernández, rector de los salesianos, quien a través de un vídeo dijo que "somos fruto de lo que vivimos en nuestra infancia y debemos mucho a los que siguen ahí".

Rocío Fernández recogió el testigo y agradeció el trabajo realizado por los luanquinos que, a diferencia de ella, no se fueron y siguen luchando por "la hermosura de la villa, la organización de estupendas fiestas y la defensa del patrimonio cultural". E hizo una mención especial a los impulsores de la asociación "Luanco, recuperación de tradiciones", que "nos permiten a los que estamos lejos, sentirnos un poco más cerca y recordar a los que ya no están".

El programa festivo se reanudará el miércoles con el desfile de cabezudos a las 19.00 horas por las calles del pueblo, la hoguera y la danza prima a las 22.45 horas en la explanada de la iglesia y los fuegos artificiales a las 23.30 desde el Gayo. Como broche final habrá verbena en el muelle.