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Refugiadas en el Camino de Santiago

Dos colombianas inician en Avilés la ruta jacobea para rechazar la existencia de presos políticos y alentar los diálogos de paz

Mayerly Garzón y Ángela Esteban, ayer, en las inmediaciones del albergue de Avilés. RICARDO SOLÍS

Ángela Esteban (Pereira, Colombia, 1988) recibió en junio del año pasado la primera amenaza de muerte por parte de las Águilas Negras, un grupo paramilitar de extrema derecha que quería que ella, por entonces líder estudiantil en la Universidad Técnica de Pereira, acabara con un paro estudiantil que había encabezado y que ya duraba más de cuatro meses. "Nos había llegado por correo electrónico y por Facebook, pero en noviembre uno de los nuestros recibió la primera amenaza directa, con arma de fuego. La cosa iba en serio", subraya ahora la dirigente de la Juventud Comunista Colombiana (Juco), unas horas antes de iniciar en Avilés la segunda etapa de las quince que tiene previsto superar para alcanzar Santiago de Compostela junto a Mayerly Garzón (Bogotá, Colombia, 1992), militante de la plataforma Congreso de los Pueblos.

Las dos son refugiadas políticas en Asturias desde esta pasada primavera. "Vamos a estar aquí seis meses. En otoño debemos regresar y no sabemos si el problema que nos ha traído aquí se habrá resuelto", aclaran al tiempo tanto Garzón como Esteban. "No sabemos lo que nos vamos a encontrar", añade Garzón, que llegó al Principado unos días después que su compañera de la Juco. Garzón se define como "defensora de las comunidades afectadas por los excesos de las empresas mineras e hidroeléctricas". Cuenta que recibió amenazas y que esas amenazas también fueron acompañadas de seguimientos y hostigamientos "por parte de los paramilitares". Asegura que la situación se agravó a comienzos de este mismo año, cuando un compañero de su organización, Carlos Alberto Pedraza, fue asesinado.

Ambas mujeres lo tienen claro: "Lo que pretendemos es dar visibilidad social a una realidad que se quiere mantener oculta en Colombia: somos refugiadas políticas porque en Colombia los paramilitares nos quieren matar", apuntaron. Esteban y Garzón pretenden alcanzar Compostela en dos semanas. "Dormiremos en los albergues, explicaremos a quienes nos quieran escuchar cuál es la situación de nuestro país", prometen. Por seguridad, prefieren no desvelar cuál va a ser la ruta que pretenden seguir para alcanzar la meta. "No es un viaje religioso", añaden. Ninguna de las dos se manifiesta creyente. "Es un viaje de conocimiento propio", aclara Esteban. En ese conocimiento está la denuncia de la existencia, aseguran, de 13 presos políticos militantes del Congreso de los Pueblos, la organización a la que pertenece Garzón. "Pero también del profesor Miguel Ángel Beltrán y de Húber Ballesteros, de Marcha Patriótica", señala Esteban. "El Gobierno de Colombia quiere acabar con los diálogos de paz de La Habana. Nosotros pretendemos que también participen en ellos el Ejército de Liberación Nacional y el Ejército Popular de Liberación. Pretendemos ayudar a alentar los procesos de paz y el cese bilateral del fuego", señalan las dos mujeres.

Esteban y Garzón forman parte de una lista de 99 colombianos acogidos en algún momento al Programa de Ayuda al Refugiado que promueve el Principado en colaboración con el Ayuntamiento de Gijón. "Colombia no es ese país que parecen idear sus gobernantes, donde los problemas se han mitigado y no existen refugiadas políticas. Lo somos nosotras", señalan ambas.

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