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La madre con más gancho

Joana Suárez, "Nany", compagina su carrera como boxeadora con el cuidado de su hija, Yohana Braña, de 7 años, que juega a fútbol como portera en El Quirinal

La boxeadora Nany Suárez. Á. G.

Joana Suárez, conocida como "Nany", se convertirá el próximo mes de noviembre en la primera boxeadora asturiana profesional tras ser dos veces campeona de España a nivel amateur. La púgil es madre de Yohana Braña, de siete años, y compagina sus tareas maternas con los entrenamientos en el Club Asturbox, en La Calzada, Gijón.

El día a día de Nany Suárez gira en torno a su hija. La púgil hace magia dentro y fuera del cuadrilátero para poder amoldar sus entrenamientos a los horarios de su niña. "Por la mañana la dejo a las nueve en el colegio y la recojo a las dos. Entre tanto tomo el café con mis amigas y voy a entrenar a Gijón", comenta Nany Suárez. Y añade: "Tengo la suerte de que mi entrenador, Óliver Sánchez, me facilita al máximo los horarios. Obviamente no puedo faltar, pero si un día puntual no puedo asistir porque me tengo que ocupar de Yohana puedo hacer mi preparación física o el trabajo en el gimnasio, aquí, en Avilés".

La boxeadora está enamorada de su hija y le intenta inculcar los buenos valores que transmiten tanto el deporte como los estudios. "Estudia en el colegio Versalles, y juega a fútbol de portera en el Quirinal. Supongo que todas las madres dirán lo mismo, pero es una niña muy lista", afirma Nany Suárez. Matiza: "Ha aprendido que lo primero es hacer los deberes y estudiar. Es muy pequeña aún, pero sabe que si vienen malas notas se le acaba el fútbol".

Nany Suárez vive con su hija y su hermano Álex Suárez en el barrio avilesino de Versalles y reconoce que tanto ella como la pequeña son muy inquietas. "No podemos estar encerradas en casa", asevera. Y bromea: "Cuando estamos en casa, a Yohana le encanta ayudarme a cocinar; aunque más bien le gusta ensuciarlo todo". Y es que la joven Yohana Braña es un "torbellino" que admira a su madre y que sueña con ser astronauta. "Es lo mejor que me ha pasado. Ver como crece y como aprende es la mejor sensación del mundo. Llegar a casa y que me pregunte: ¿has ganado? o ¿te han dado medalla? Eso es incomparable", asegura la boxeadora.

La púgil fue madre a los 18 años y se derrite en elogios hacia su hija, aunque comenta que cuando nació Yohana su vida cambió por completo. "Automáticamente vives para tu hija. Ella es lo primero y si algún día no pudiera compaginar el boxeo con el cuidado de mi hija, me tendría que retirar", asevera la bicampeona de España. Y eso que el boxeo es una parte indispensable de la vida de Nany Suárez. "Gracias a este deporte he conocido a gente fantástica y que ahora considero parte de mi familia. Cuando combato se dejan la garganta animándome y creo que en ocasiones les duelen los golpes más que a mi", comenta la púgil.

Asegura que no se ve entrenando a su hija en un futuro y sostiene que lo principal es que se forme académicamente. "Los estudios son lo primero. Por un lado me gustaría que hiciese boxeo porque es muy gratificante; por otro no me gustaría porque es muy sacrificado", confiesa. Enseña a la pequeña todo lo que el boxeo transmite como deporte. "Yohana sabe perfectamente que este deporte no es pegarse sino que es una cuestión de técnica, fuerza y respeto", explica la boxeadora. "El fútbol es su pasión, lo lleva practicando desde que tenía tres años, aunque si el día de mañana me dice que quiere ser boxeadora la mando con mi entrenador Óliver Sánchez, y que nos aguante a las dos", indica.

La disciplina es uno de los grandes valores que transmite el deporte. Ser organizado y no faltar a los entrenamientos fortalece el carácter de la persona, y Nany Suárez quiere hacérselo ver a su hija. "Yohana sabe que tiene que hacer sus deberes después de comer porque entrena de 18.30 a 20.00 horas; después ya es muy tarde. A las 22.00 horas hay que estar en la cama para reponer fuerzas", afirma.

Madre e hija son inseparables y muestran admiración la una por la otra. El debut de Nany Suárez como profesional está previsto para noviembre en el polideportivo de Las Vegas, con fecha aún por concretar. "Ese combate irá dedicado a mi madre y a mi hija", subraya la púgil. Nany Suárez tiene previsto dar una gran sorpresa en esta velada. "Sólo puedo decirte que mi hija saldrá conmigo y que llevaré un tatuaje en las costillas en honor a ella", adelanta la boxeadora.

Nany Suárez y Yohana Braña forman una simbiosis cargada de inquietud y ganas de vivir sus sueños juntas. "Espero poder competir fuera de España ahora como profesional y llevarme a mi hija a los combates para que viaje y vea mundo", sueña la púgil. Y es que madre e hija son dos "terremotos" que arrasan por donde pasan.

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