Un mensaje claro, necesitado y en el momento idóneo. Si a esto le sumamos una buena comunicación, tenemos la receta del éxito de Podemos. Pablo Iglesias ha sabido aprovecharse de las debilidades del Gobierno y la oposición, sobre todo a la hora de comunicarse con los votantes, para situarse en pleno epicentro político.
Podemos es un partido de ideas fantasiosas sin ningún razonamiento económico, prueba de ello son su promesa de garantizar una renta mínima básica para todos o las quitas de deuda tanto de entes públicos como privados. Peor aún que sus ideas son sus representantes políticos, entre los que destacan una exjueza con propiedades inmobiliarias que superan el millón de euros y se alaba a sí misma por ir en metro a su puesto de trabajo, activistas que se desnudan en capillas o concejales que humillan a víctimas de terrorismo.
Lejos de sus ideas estrambóticas hay que destacar el verdadero motivo por el que están hoy en día en todos los medios, y es que son el único partido político que escucha de verdad lo que dicen los vecinos, puesto que aunque no sea del todo cierto eso de haberse creado en los círculos locales, su nacimiento real a nivel nacional fue en platós de televisión; esos círculos son su base y la esperanza de sus votantes. Esa comunicación local que llevan a cabo es la que les falta a los partidos tradicionales, ya que a los ciudadanos mayoritarios no se les convence a través de las televisiones sentados en sus despachos o viajando a otros países reuniéndose con empresarios, se les convence dando la cara en la calle y preguntando a las personas que tienen que madrugar todos los días para sacar adelante a su familia o para buscar un empleo con el que poder sobrevivir el día a día.
El crecimiento de Podemos no se debe a sus ideas sino a sus actos y a la nefasta comunicación del PP y el PSOE. Han sido las pésimas actuaciones de ambos partidos las que han propiciado este crecimiento a pesar de que los últimos meses el partido de defensa local haya sufrido una gran caída por su pésima capacidad de gestión política y sus alabanzas a un partido que ha quebrado el país creador de la democracia.
Todo esto hace pensar que el poder de la comunicación local está permitiendo limpiar un mapa político en el que sus componentes han envenenado el joven periodo democrático actual buscando su enriquecimiento personal.
