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Un recorte de plantilla tensa el clima laboral en el centro tecnológico de la ría

Un grupo de trabajadores alerta de que corren peligro ciertas áreas de investigación, mientras que la dirección habla de "reorganización interna"

El presidente del Principado, Javier Fernández, recibe explicaciones de Íñigo Felgueroso en una reciente visita del primero al centro tecnológico de los materiales de Avilés. RICARDO SOLÍS

Las aguas bajan revueltas desde hace días en uno los puntales de la investigación asturiana, el centro tecnológico de los materiales de la Fundación ITMA ubicado en el polígono de la ría de Avilés. Las últimas decisiones laborales y organizativas que tomó la gerencia, al frente de la cual se halla el ingeniero Íñigo Felgueroso, han generado gran inquietud en parte de la plantilla, quejosa por el despido de varios compañeros, el traslado de otros y el cierre del departamento de investigación que se dedicaba al campo de la óptica. El asunto colea desde el pasado verano pero es ahora cuando el malestar se hace notorio, trufado por duras acusaciones como "persecución laboral" o "peligro de que se trunquen importantes proyectos de investigación en marcha". Todo esto ocurre en una entidad que este mismo año se ha embarcado con Arcelor en un ambicioso proyecto, la Manzana del Acero, llamado a convertir Asturias en uno de los referentes europeos de la I+D aplicada a la siderurgia.

El primer roce entre la gerencia del centro tecnológico avilesino y parte del plantel de investigadores fue como consecuencia de la salida de la entidad de la investigadora Nuria Campos, que pasa por ser una de las más prometedoras investigadoras asturianas en el campo del grafeno. La sangre no llegó al río entonces porque ambas partes llegaron a un acuerdo para rescindir el contrato de la científica. Semanas más tarde se produjo una reordenación de personal que implicó traslados; algunos de los afectados, disconformes con la medida, denunciaron el caso en la Inspección de Trabajo. Y más recientemente, la gota que colmó el vaso del malestar de la plantilla fue el cierre del área científica de Óptica y el despido de tres trabajadores (los dos que trabajaban en el citado departamento y un tercero de Fotónica).

A grandes rasgos, los trabajadores quejosos con este conjunto de medidas, y otras de menor calado que han afectado a casi todos los departamentos del centro tecnológico de Avilés, exponen su preocupación por el rumbo "errático" de la entidad y se preguntan qué hay de cierto en la supuesta política de apoyo del Gobierno regional a la investigación. La figura del gerente no sale precisamente bien parada, pues se le hace responsable de la crispación creada.

El aludido, Íñigo Felgueroso dio ayer su versión de lo que acontece a preguntas de este diario. El gerente enmarca las controvertidas decisiones en una estrategia de ajuste de los recursos a la disponibilidad económica; o dicho de otra manera, que se han hecho números y ciertas áreas del centro tecnológico "no alcanzaban los resultados exigibles", por lo que fue necesario meter la tijera. No obstante, según recalca Felgueroso, otros departamentos están creciendo, y como prueba expone que de los 95 empleados existentes a su llegada se ha pasado a los 114 actuales.

El gerente recalca que las decisiones, por más que "desagradables", han sido tomadas "pensando en el bien general del centro" y "de forma colegiada; esto es, debatidas y aprobadas por los órganos rectores". Felgueroso rechaza personalismo alguno en las medidas, niega que la investigación en el emergente campo del grafeno vaya a quedar en suspenso como insinúan algunos trabajadores y hace ver que la entidad que dirige, dependiente en un 97 por ciento de los recursos económicos que ella misma genera, "está obligada a ser dinámica, lo que implica renunciar a campos de investigación que por la razón que sea no alcanzan los objetivos y potenciar los que tienen más amplia demanda de mercado".

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