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SAN NICOLÁS

"En realidad no visto de rojo ni viajo en trineo, prefiero el barco"

"Aunque me conocen como Santa Claus y Papá Noel, mi nombre es Nicolás de Bari"

San Nicolás, ayer, en el momento de presentarse a los avilesinos. RICARDO SOLÍS

San Nicolás, también conocido como Santa Claus o Papá Noel, estuvo ayer por la tarde con los niños de Avilés para explicarles quién es en realidad y recoger sus peticiones. San Nicolás es un obispo turco, nacido en una localidad que se llama Patana, hace muchos, muchos años, alrededor del año 270, aunque ahora está habitualmente en Bari (Italia). Su acento delata su procedencia cuando explica que le encanta compartir y, por eso, todas las Nochebuenas reparte regalos por todo el mundo.

-¿Qué le trae a Avilés en estas fechas, a falta de tan poco tiempo para la Nochebuena?

-Me enteré que hacían una fiesta en mi honor y no podía faltar. Voy a estar siempre que mi agenda me lo permita, porque me encanta esta ciudad. Además, me hablaron de una procesión a las 19.00 horas, con una imagen mía rodeada de antorchas y que parte de la iglesia que lleva mi nombre, San Nicolás de Bari. Tengo ganas de verla.

-Hay un poco de lío, ¿es usted San Nicolás, Santa Claus o Papá Noel?

-Todos. Una vez me enteré de que había una familia muy pobre en Patana, con tres hijos que ponían a secar sus calcetines en la chimenea, así que los llené de monedas para que pudieran hacer frente al invierno. Después de muchos años aquel hecho se extendió por todo el norte de Europa y, desde ahí, a Estados Unidos y al resto del mundo y me fueron cambiando el nombre según el idioma.

-En Nochebuena se dedicará a repartir regalos a todos los niños del mundo, ¿han sido buenos los avilesinos?

-Sí. Los niños no tienen maldad, son los mayores los que la practican. No hay nada como la sonrisa de un niño y eso es lo que busco cada vez que reparto regalos.

-Va a recoger las cartas de los niños con sus peticiones, ¿hay alguna cosa que tengan que tener en cuenta a la hora de escribirla?

-Que piensen en todos los niños que hay en el mundo, algunos solo reciben regalos en Nochebuena y tengo que llegar a todos. Si hay algunos niños que me piden muchas cosas no podré llegar a todos y eso no es justo. Para mí es muy importante compartir. Estaré aquí en la plaza Carlos Lobo recogiendo las cartas a las 19.30 horas. Luego ya me voy para Turquía.

-¿Compartir es lo más importante para usted?

-Sí. Ya desde pequeño me gustaba compartir todo lo que tenía con el resto de los niños, quizás por eso me convertí luego en obispo. Cuando me nombraron obispo en Mira, otra ciudad turca, seguí haciéndolo. Repartía comida, dulces y regalos entre los niños, sobre todo, a los que más lo necesitan.

-¿Por qué esa obsesión con las chimeneas?

-Eso es por mis ayudantes, los pedritos. Yo no doy abasto para llevar juguetes a todos los niños, así que ellos me ayudan y tienen fácil colarse por las chimeneas. Pero si no hay, no pasa nada. Con el tiempo han aprendido a entrar de otras formas en casa sin que nadie se entere. Se llaman así por Pedro, que siempre me acompaña. Cuando yo era joven, él era un esclavo. Yo le di la libertad y él decidió que quería ayudarme. Desde entonces, todos los que me ayudan se llaman pedritos.

-Usted no va de rojo...

-Eso es muy gracioso. Fue Haddon Sundblom, un dibujante de Nueva York, que allí me quieren mucho. Como no me conocía en persona, pensó en mí con el traje y el sombrero rojos y luego fue una imagen que se extendió mucho en los anuncios y en la televisión, pero yo soy obispo y siempre visto como tal. Tampoco suelo viajar en trineo, me gusta mucho más viajar en barco. En algunos países también soy patrón de los marineros, es así como llegué a tener una iglesia con mi nombre en Avilés, porque los marineros hablaron de mí a los avilesinos hace muchos años.

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