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JAVIER GARCÍA RODRÍGUEZ | Nuevo programador del ciclo "Palabra" y director de la Cátedra Leonard Cohen

"Con mi llegada al ciclo 'Palabra' no habrá ninguna ruptura, quizá sí se diversifique"

"No descartamos llevar fuera de Oviedo actividades de la Cátedra Leonard Cohen; si no se ha hecho aún es por falta de capacidad de gestión"

El profesor Javier García Rodríguez, en el Centro Niemeyer. MARA VILLAMUZA

Javier García Rodríguez (Valladolid, 1965) es el nuevo coordinador del ciclo "Palabra" del Centro Niemeyer. Es profesor de Teoría Literaria y Literatura Comparada de la Universidad de Oviedo y, además, director de la Cátedra Leonard Cohen, la que fundó el cantautor con la dotación económica de su premio "Príncipe de Asturias". García Rodríguez es, asimismo, autor del libro de cuentos "Barra americana" (DVD Ediciones, 2011), del de poemas "Estaciones" (Krk, 2007) y del transgenérico "Mutatis Mutandis" (Eclipsados, 200), entre otras obras. Lo último que ha presentado es "Un pingüino en Gulpiyuri" (Oxford University Press España, 2015), un relato juvenil que desborda géneros y que ha conseguido el aplauso del público más exigente de todos. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en la cafetería del Niemeyer.

-Se hace cargo del ciclo "Palabra".

-Eso es. Retomo la actividad a partir de lo que se había hecho, que eran cosas de mucho nivel. El inicio con Jordi Doce fue extraordinario y lo que se mantuvo después fue también de muchísima calidad. No habrá ninguna ruptura con lo que hubo antes, lo que voy a hacer es continuar una labor del todo consolidada. Quizá sí, se diversifique.

-Últimamente, la cosa se había quedado en presentaciones de libros.

-La actualidad cultural no es algo que haya que rechazar porque también la podemos generar nosotros mismos. Ésta es, al menos, mi impresión.

-¿Combinará su trabajo en la Leonard Cohen?

-Va a haber combinaciones entre la Universidad y el Centro Niemeyer.

-¿Por qué la Leonard Cohen no desarrolla actividades en Avilés?

-De momento, por la falta de capacidad de gestión más allá de Oviedo. No resulta tan sencillo mover actividades más allá, pero es algo que trataremos de mejorar. No descartamos, en todo caso, llevar fuera de Oviedo actividades de la Cátedra Leonard Cohen.

-El presidente de la Fundación del Niemeyer apostó por responsables de área.

-Está bien que haya un responsable para todo. Lo que está mejor es que exista un proyecto general. Lo que planteo es abrir nuevas vías y ampliar formatos en todo lo que tenga que ver con la palabra. Mezclar lo internacional con lo local, que la palabra también guarde relación con las áreas de cine o teatro.

-"Un pingüino en Gulpiyuri", su último libro, es un ejercicio literario como un salto mortal.

-La editorial avisa en la cubierta, dice que es una novela juvenil posmoderna.

-Hasta el momento, se había dedicado a la poesía culta y a los libros raros para adultos.

-Pasé un día por Gulpiyuri hace muchos años y se me ocurrió pensar qué podría hacer un pingüino en tan singular paisaje. A partir de ahí, la idea derivó en muchas voces que hablan, en muchas discusiones internas...

-A ver si lo explico bien: un narrador cuenta una historia, la chica que la escucha se rebela y discute con el narrador y, al final, es el pingüino el que pone orden.

-Algo así. Según me cuentan, los lectores reciben este cuento no tanto planteándose encontrar la estructura del relato sino divirtiéndose y riéndose ante la situación generada: una sabelotodo que se mete con el narrador, con una voz en off que se llama Vozenoff... Detrás de esta historia está "Cien años de soledad", la imaginación... Lo que busco, a fin de cuentas, es una lectura muy divertida, que es, a fin de cuentas, lo que buscan todos los escritores.

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