Erundina, su abuela, es la mujer que le enseñó a elaborar los mejores frixuelos y el arroz con leche más sabroso. Con sus lecciones, Celso Fidalgo salió a la calle a buscarse la vida con varios puntos de ventaja. "Ella me inspiró", confiesa este avilesino de adopción nacido hace 32 años en Belmonte de Miranda que ahora brilla como cocinero en Madrid.
Muy joven, Fidalgo decidió que lo suyo era la hostelería. Picó muchas puertas y siempre tuvo suerte: ejerció en el restaurante Ronda 14, en dos establecimientos con estrella Michelin de Francia y Bélgica... Aquel mundillo le gustaba, y el avilesino optó por formarse. Estudió en la Escuela de Hostelería de Pravia y, una vez finalizada su formación, sacó un billete con destino Madrid. "El sector estaba bastante parado en Asturias por aquellas fechas así que decidí hacer las maletas con el objetivo de evolucionar profesionalmente", explica.
En Madrid, Celso Fidalgo no conocía a nadie. "Vine a la batalla", precisa. Trabajó en uno y otro restaurante, de un francés a otro de cocina rápida cara al público hasta que decidió dar el salto como jefe de cocina. ¿Los requisitos? "Además de conocimientos culinarios avanzados hay que saber de gestión de equipos", manifiesta este cocinero que dice vivir en un mundo real alejado de la "irrealidad" de "Master Chef" o "Pesadilla en la cocina".
Su tenacidad y sus ganas de trabajar le llevaron al Campo de las Naciones, en Madrid, a una cervecería irlandesa. Y ahí le esperaba su suerte. "Los dueños confiaron en mí. Cuando llevaba trabajando aproximadamente un mes los propietarios decidieron hacer un cambio radical en el local y, como yo soy asturiano, me propusieron hacer un restaurante de comida asturiana", cuenta. Así empezó la aventura. "Buscamos proveedores y a día de hoy tenemos una apuesta definida por la cocina tradicional asturiana basada en la calidad de la materia prima", recalca.
En su restaurante - El Xicu-, Celso Fidalgo ofrece carnes de xata roxa, pescados que en su mayoría se rulan en Avilés y quesos procedentes del "paraíso": Asturias. En Campo de las Naciones también se pueden tomar uno o varios culinos de sidra, ésta con denominación de origen. A cargo del avilesino Celso Fidalgo trabajan seis personas. "En Madrid tienen bastante éxito los restaurantes asturianos porque nuestra cocina es sinónimo de buen comer. En nuestro caso hay que sumar que damos calidad. Un ejemplo es que no ofrecemos pescado si sabemos que la flota está amarrada por temporal", señala.
Celso Fidalgo está satisfecho de su ascenso profesional. También agradecido a sus jefes. Su mano en la cocina es ahora conocida en Madrid, donde ya se habla del asturiano que desbancó al irlandés en el Campo de las Naciones.
