La Consejería de Infraestructuras, Ordenación y Medio Ambiente ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) que acometa una serie de cambios en el colector industrial de la ría antes de recibirlo para su puesta en marcha definitiva. Desde el Principado sostienen que el diseño y la construcción del conducto obligará a seguir vertiendo a la ría (como en las condiciones actuales) ante cualquier incidencia o labor de mantenimiento, cuestión que niega el organismo estatal apelando a que cada estación de bombeo del conducto cuenta con una bomba auxiliar.

A muy grandes rasgos, los técnicos del Principado sostienen que al no estar compartimentadas las cámaras de bombeo (una especie de casetas donde se alojan los sistemas de bombeo), las labores de mantenimiento rutinarias obligarán a vaciarlas, y esto llevará a la paralización del bombeo y, por lo tanto, del colector. "Además, la propia forma en que se realizó la instalación eléctrica de algunas bombas imposibilita su extracción para cualquier tarea de mantenimiento o reparación, sin que antes se proceda al vaciado de la cámara común a todas ellas", explicaron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente a preguntas de este periódico.

Los técnicos del Principado han puesto esta situación "en conocimiento de la Confederación" para "que analice la viabilidad técnica de compartimentar las cámaras existentes o desarrollar otras soluciones que permitan el 'baipás'". "El Principado considera que es necesario realizar una serie de actuaciones y probar todos los equipos y sistemas de automatización y control de bombas y dispositivos hidráulicos antes de la puesta en servicio del colector", señalaron las mismas fuentes.

El presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega, manifestó su "indignación" no solo por el retraso que acumula la puesta en marcha del colector, que costó más de 16 millones y que lleva más de cinco años construido, sino también por la posibilidad de que una vez en funcionamiento exista la posibilidad de que se siga vertiendo a la ría, como ha advertido el Principado. "Si hay algo que hacer o revisar, dígase ya; no escondamos la cabeza bajo el ala. Ese sistema tiene que ser irreversible, cuando comience a funcionar no puede volver a verterse nada a la ría. Que el esfuerzo que llevamos invertido no sea baldío", advirtió el actual presidente portuario, que lidió en su día con el plan de saneamiento durante su época como alcalde. "Esto es de obligada transparencia y para el Puerto es vital. Estamos muy preocupados con los temas ambientales sobre la calidad del aire, pero ¿y qué pasa con la del agua?", planteó.

Los populares avilesinos pidieron ayer al Principado que si el colector está mal diseñado y construido presente un informe que lo corrobore. Y recordaron que el proyecto que ahora se cuestiona "proviene de la época de José Luis Rodríguez Zapatero". "Se está utilizando un problema técnico para sacar rendimiento electoral", planteó Carlos Rodríguez de la Torre, portavoz local del PP.

En Somos no ven creíble que en todos estos años "nadie se diese cuenta de las deficiencias que ahora se alegan para no recepcionar el colector". Su portavoz, David Salcines, cree que la causa del parón está en que las empresas no han hecho sus deberes, como viene defendiendo la Confederación y negando el Principado. "La Confederación debe de proceder a reparar las averías que puedan existir y subsanar todas las deficiencias que se pudieran haber cometido en la ejecución del proyecto aprobado", señaló Salcines.

"Esto es una tomadura de pelo. Ya está bien de pasarse la pelota unos a otros. La Confederación y el Principado deben de venir a a Avilés a dar explicaciones, a contarnos por qué son tan incapaces de gestionar lo público y a comprometerse con un calendario, con fechas, a la puesta en funcionamiento de esta inversión millonaria", aseveró Alejandro Cueli, portavoz de IU, partido que impulsó en 2013 una moción en la que se instaba al Ministerio de Medio Ambiente a la puesta en funcionamiento del colector interceptor industrial y del emisario submarino de Xagó. "La obra tiene que entregarse en las mejores condiciones, asegurando que no se volverá a verter a la ría", concluyó.