El buen ambiente es una de las señas de identidad de las carreras populares. Y ayer en La Callezuela no lo era menos. Trescientas personas se juntaron para participar en la quinta edición de "Carrer Illas", una carrera nocturna de montaña con el pico Gorfolí como protagonista. Unos corrieron los 15 kilómetros de competición por los caminos y cortafuegos que comunican con la zona de las antenas mientras que otros vivieron una noche "mágica" andando 9,5 kilómetros por la montaña y bajo la oscuridad, solo interrumpida por las linternas frontales de los más "valientes".

Los participantes contaron en todo momento con la colaboración de medio centenar de voluntarios repartidos por el circuito. La organización, por respeto al entorno, avisó a los corredores de que era obligatorio depositar los restos de basura generada en las zonas habilitadas en cada punto de control. El incumplimiento de esa norma era motivo de descalificación.

Los más pequeños también pudieron disfrutar de una noche en vela. Unos 60 niños de entre 6 y 12 años participaron en la "Pequetrail": 2.500 metros de longitud y 150 metros de desnivel acumulado en donde se encontraron con duendes y hadas y en la que pudieron degustar un avituallamiento muy dulce. La quinta "Carrer Illas" también tenía un fin solidario. Parte de lo recaudado irá a beneficio de Xana, una niña que sufre parálisis cerebral cuyos padres necesitan la colaboración ciudadana para sufragar su costoso tratamiento.

Con la llegada a meta de los participantes no se terminaba la carrera. Todos los que quisieran pudieron disfrutar de un buen pote en un reconocido local hostelero de La Callezuela. Entonces, fue el momento de hacer balance de lo vivido y de programar, ya, la edición del año que viene.