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ÁNGELA SANTIANES ARBESÚ | PRESIDENTA DE DU PONT EN ESPAÑA Y PORTUGAL Y DIRECTORA DEL COMPLEJO QUÍMICO DE TAMÓN

Con el éxito en la maleta

La ingeniera ha vuelto a casa tras una carrera meteórica que la ha llevado por medio mundo en busca de nuevos retos

Ángela Santianes. MARA VILLAMUZA

La langreana Ángela Santianes ha vuelto a casa con la misión de dirigir el futuro de la multinacional Du Pont (compañía que además preside en España y Portugal) en un momento clave, la fusión con Dow Chemical, que dará lugar a la mayor empresa química del planeta. De carácter alegre y aparentemente extrovertido, su carrera la ha hecho "ciudadana del mundo", aunque Asturias sigue siendo su hogar. Santianes se convirtió en la primera mujer que trabajó en marketing en España para la multinacional estadounidense, y desde entonces, hace 27 años, su carrera ha ido creciendo como la espuma. Ni se podía imaginar entonces, a los 25 años, que acabaría ocupando el cargo de mayor importancia en España de Du Pont. "Nunca fue mi ambición. Mi única ambición es ser feliz y no de cualquier manera, sino haciendo felices a los que están a mi alrededor", confiesa.

Ángela Santianes se crió en Langreo. Hija de dos sierenses, es la menor de tres hermanos, diez y cinco años mayores que ella. La familia materna, natural de Santa Marina (Siero), trabajaba en el campo y tenían un bar y un lagar (Llagar Arbesú, que ahora gestiona su tío). La paterna, otro tanto de lo mismo ("Entonces todo el mundo trabajaba en el campo y tenía un llagar", dice). Podría decirse que el carácter de Santianes es una mezcla perfecta del de sus progenitores, del tesón y constancia de él y la alegría de ella. "Mi padre (ya fallecido) fue autodidacta, estudiaba por su cuenta mientras cuidaba las vacas y se hizo delineante, trabajó para Duro Felguera. Mi madre fue modista, siempre estaba cosiendo y cantando, un entorno familiar fenomenal", evoca.

Licenciada en Ingeniería Química por la Universidad de Oviedo, ingresó en Du Pont en 1989, a los 25 años. Quien la contrató fue precisamente su predecesor en el cargo que ahora ocupa, Enrique Macián. Entonces era muy difícil contratar a una mujer, y más teniendo en cuenta su destino (ventas y visitas a hospitales en el área de Diagnóstico por Imagen). "Yo buscaba sencillamente un trabajo y salió la oportunidad de trabajar en Du Pont, una empresa que no conocía de nada. Y me gustó mucho trabajar en marketing pese a ser ingeniera química. Al poco tiempo de mi contratación se anunció la inversión de Du Pont en Asturias", relata.

Durante sus primeros seis años en la multinacional rotó por diferentes departamentos (Barcelona, Madrid, Valencia) para a continuación regresar a Asturias, a la planta de nomex del complejo de Tamón, donde comenzó su periplo en monofactura. Fue jefa de equipo, de Medio Ambiente y líder de Higiene Ocupacional para todo el emplazamiento de Du Pont en Asturias, además de directora de Operaciones de la unidad productiva de nomex (un material polímero resistente a las llamas). Pero al poco tiempo de volver a casa, tocó hacer las maletas de nuevo. Siguiente destino: Richmond (Virginia-Estados Unidos), para trabajar en uno de los negocios estrella de la multinacional, kevlar. Allí nacieron sus dos hijos, que ahora tienen 16 y 14 años, y cuando el menor acababa de nacer, tocó mudanza de nuevo, esta vez a Ginebra.

"Nunca acepté ningún trabajo pensando que eso me iba a dar una progresión, siempre los asumí porque me apetecía, porque me encanta vivir nuevas experiencias y porque me parecía enriquecedor personalmente", asegura. En la ciudad suiza asumió responsabilidades europeas a nivel de monofactura, pero en 2008 surgió la posibilidad de regresar a Asturias, de nuevo a la planta de nomex. El regreso fue corto, como un suspiro. "Como aquí no se vive en ningún lado y estábamos encantados en Asturias, donde está toda mi familia y la de mi marido. Pero a los dos daños surgió la posibilidad de ir a Puerto Rico. Prácticamente acabábamos de llegar, mi familia casi nos mata (ríe), pero nos apetecía ir a vivir allí una temporada... ¡nos encantó! Mis hijos (una chica y un niño) llegaron a Asturias con seis y ocho años y nos marchamos de nuevo cuando tenían ocho y diez", relata.

En la isla caribeña ocupó el mismo cargo que ha asumido ahora en Asturias, la dirección de un complejo en el que trabajan unas 600 personas y la presidencia de Du Pont en el país. El retorno a Tamón, previo paso de nuevo por Suiza, se produjo en 2014, cuando la nombraron directora de fabricación de soluciones de protección y productos vegetales de Du Pont (la compañía cuenta en el emplazamiento asturiano con una fábrica de fungicidas y productos fitosanitarios).

La jubilación de Enrique Macián supuso su ascenso a la presidencia, un puesto que dice no haber ambicionado. "Muchas personas tienen como objetivo llegar a una meta pero nunca alcanzan la felicidad porque cuando llegan se plantean otra distinta, es la insatisfacción total. Yo lo que busco es disfrutar con lo que hago, divertirme y sentirme orgullosa de mí misma porque hago lo correcto. Y una cosa que me encanta de Du Pont es precisamente que nunca tienes que poner en riesgo tus valores, porque es una empresa de muchos principios", afirma.

Pese a la complejidad de su carrera, Ángela Santianes tiene tiempo para disfrutar de sus aficiones: ponerse los esquís, salir en ruta de montaña, la lectura, pero sobre todo viajar. "Lo que más nos gusta es disfrutar de experiencias nuevas en entornos totalmente diferentes y ver cómo se comporta la gente. Pero como aquí no se vive en ningún lado", subraya. Por ahora, ha guardado la maleta.

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