Final feliz para la historia de Safya Quih Artidiello. Hace apenas unos días la madre de esta pequeña, Desiré Artidiello, lanzó una campaña para intentar dar a la niña la seguridad que la salud no le ha dado. Necesitaba un desfibrilador. Y ahora ese objetivo ya está cumplido. Un vecino de Gijón, Luis Daniel Fernández, distribuidor de equipos médicos, entregó ayer un aparato de estas características a Artidiello. Y otro equipo, que estará ubicado en el colegio en el que estudia la pequeña, el San Nicolás de Bari, ya tiene financiación. Y es que al dinero que había reunido la familia en una cuenta solidaria se ha sumado otra donación generosa desde Madrid, lo suficiente para completar los 1.600 euros que cuesta el aparato.

La primera vez que Safya Quih Artidiello fue víctima de la enfermedad tenía apenas dos meses. Ahora, tiene cinco años y debe tener cuidado con la actividad física que realiza. No puede nadar, los cambios emocionales la perjudican... La pequeña sufre una enfermedad rara y hereditaria: el síndrome de QT Largo. Su corazón no trabaja como debería hacerlo, de ahí la necesidad de un desfibrilador a mano.

La difusión de la historia de esta niña tuvo gran repercusión hace unos días, y gracias a eso llegaron los donantes. Desiré Artidiello recibió la llamada de Luis Daniel Fernández, y ayer se produjo el encuentro. No se conocían y la mujer se emocionó al recibir el salvavidas para su hija. "Vi la historia en la prensa. A veces me piden apoyo para mandar equipos a otros países, pero hay que empezar por casa. Y por eso lo he hecho. Tenía el equipo para venderlo, pero decidí donarlo", indicó el gijonés. El hombre se puso en contacto con la avilesina a través de las redes sociales. "Fue muy fácil", prosigue.

Pese a que la familia de Safya Quih Artidiello ya consiguió su objetivo, Desiré Artidiello quiere poner a la venta las pulseras que había encargado para recaudar fondos, y que todavía no le llegaron. Con el dinero que consiga pagará el coste de las pulseras y el resto lo entregará en beneficio de los afectados por el Síndrome de Rett. Mientras tanto, la pequeña vuelve a la normalidad, después del cansancio y la emoción de haberse visto en la tele. "Estaba muy nerviosa y ayer no fue al colegio, pero ahora ya está bien", afirmó ayer su madre. Ahora, podrá seguir jugando y disfrutando de la vida más tranquila, porque tanto en su casa como en la escuela tendrá un desfibrilador por si le hace falta.

Lo que tanto Desiré Artidiello como Luis Daniel Fernández subrayaron es que aparatos de este tipo tendrían que estar en todos los colegios y en todos los centros deportivos: "Realmente no es dinero, con poco se pueden conseguir".