La cruzada europea contra los descartes pesqueros (capturas indeseadas o accidentales que los pescadores arrojan al mar por su falta de valor comercial) no tiene vuelta atrás y cada vuelta de tuerca que da Bruselas es recibida por temor en los puertos por las implicaciones de la misma. Si este año entró en vigor el veto a los descartes de cigala y merluza capturadas en aguas del Atlántico, a partir del día 1 del próximo enero le llega el turno a las pesquerías de pixín (rape) y gallo, dos de las especies objetivo de la flota asturiana.
"Hace unos días hubo una reunión en la rula de Avilés para explicarnos la normativa y su alcance; pero lo único que nos quedó claro es que existe un régimen de sanciones y que podemos ser sancionados", expuso un patrón mayor que, como la mayoría de profesionales del sector, teme que la obligación de traer a puerto todo lo pescado sea algo "catastrófico".
Y es que, salvo comunicar la obligación de cumplir la normativa que prohíbe descartar el pescado en alta mar, ninguna autoridad española ha desarrollado un plan específico para gestionar la pesca indeseada una vez en tierra. "A la pregunta de quién se va a hacer cargo del pescado descartado cuando llegue a puerto, nos dijeron que los armadores. Eso supone, de ser así, un quebradero de cabeza y otro coste más. Esta situación no tiene ni pies ni cabeza y es insostenible", denunció un pescador al habla con este diario.
Además de la amenaza de multas para quienes hagan oídos sordos a la prohibición de descartar pescado en la mar y del coste de gestión de esos "residuos", a los pescadores les han confirmado que, tal y como temían, las toneladas de pescado de descarte serán restadas de sus ya exiguos cupos. "Parece cachondeo, pero es tal cual: el pescado descartado no vale para nada, pero nos lo restarán de la cuota", remachan los pescadores.
Ayer mismo, la Consejera del Mar de Galicia, Rosa Quintana, defendió en Vigo una eliminación "paulatina" -que no traumática- de los descartes pesqueros y también la búsqueda de "alternativas de viabilidad" para la flota afectada, bajo el respeto de los parámetros sociales, económicos y ambientales. Fue en una reunión informativa sobre los descartes similar a la celebrada en Avilés.
