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Lo que no se cuenta de Papá Noel

Los problemas de Santa Claus cuando llega a España frente a las facilidades que se encuentran Melchor, Gaspar y Baltasar

Asistentes a la presentación del último relato protagonizado por el principal personaje de los cuentos de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. MARA VILLAMUZA

Queridos amigos, ya estamos cerca del momento más deseado y mágico ¡La noche de Reyes Magos! Este año será muy especial para Ratonchi y creo que los niños y niñas que hayan leído el cuento "Ratonchi salva la Navidad" y los relatos de LA NUEVA ESPAÑA estarán pendientes por si ven a nuestro ratoncito en la Cabalgata de los Reyes. Espero que sus Majestades sean muy buenos con vosotros y os traigan lo que habéis pedido. Ahora os dejo un cuento dedicado a esos cuatro señores que nos caen tan bien: Papá Noel, Melchor, Gaspar y Baltasar.

Los Reyes Magos siempre han sido más queridos y admirados en nuestro país que Papá Noel, ya que son exclusivos de España. Estos tres señores son sumamente elegantes, imponen con su presencia, son altos, esbeltos, glamurosos y, por si todo esto fuera poco, además de ser reyes ¡son magos! ¿Puede haber mejor título que éste? Así es que nos eclipsan con su magia año tras año en la cabalgata y en las mañana del 6 de enero, cuando niños y mayores nos despertamos llenos de ilusión para abrir los regalos que sus Majestades nos dejaron la noche anterior.

Mientras tanto, el pobre Papá Noel siempre está a la sombra de los Reyes Magos. No celebra su cabalgata entre aplausos de niños, no lleva ropa tan lujosa, lleva el cinturón muy apretado porque se le cae el pantalón y encima tiene exceso de peso. Por no hablar del largo viaje que emprende desde su frío país para venir a traer regalos a aquellos que se hayan portado bien todo el año. ¿Y qué me decís de la copa de champán para él y el agua para sus renos? ¿Hay alguien que se acuerde de dejarle a Papá Noel aunque sea un triste vasito de agua? Porque para los Reyes Magos siempre dejamos las tres copas; para ellos y sus camellos, y la zapatilla para indicar con precisión dónde deben dejarnos los regalos y así agilizar su trabajo.

Pero lo que nadie sabe es que el desgraciado Santa o Papá Noel, cada vez que viene a nuestro país, en la fría noche del 24 de diciembre, justo antes de Navidad, tiene que escuchar en plena madrugada algo muy español, que solo en nuestras tierras se da:

-¡Alto a la Guardia Civil! DNI y Documentación del vehículo, caballero;- le dice serio el sargento.

-Pe, pe, pero... oiga,- responde nervioso Papá Noel. -¡Que tengo que repartir todos estos regalos esta noche!

-¡Venga ya hombre!, -contesta burlón el sargento. -Y yo soy Papá Noel ¡no te digo! -prosigue el guardia desenfundando su boletín de multas. -¿Se da usted cuenta de que está viajando de noche sin el chaleco reflectante, lleva renos y esto no es una vía pecuaria y encima tiene en su vehículo un exceso de carga impresionante? ¡Vamos, apéese del trineo y a soplar en este aparatito caballero...

Pues esto es lo que le ocurre año tras año a nuestro Papá Noel al entrar en España, mientras los Reyes Magos gozan de total inmunidad. Incluso los bomberos les prestan sus enormes escaleras y las fuerzas y cuerpos de seguridad les escoltan en sus majestuosas cabalgatas llenas de glamour.

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