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XABIER DÍAZ | Músico, autor de "The tambourine man", que se presenta en Avilés

"Nada en mi entorno podría haberme llevado a la música; ella me eligió a mí"

"Las 600 o 700 horas que grabé por Galicia ya están a salvo en discos duros"

Xabier Díaz.

El músico gallego Xabier Díaz (La Coruña, 1969) presenta mañana viernes (21.00 horas) en el Niemeyer su último disco: "The tambourine man", que se llevó todos los premios de la escena independiente y folk.

-¿Eligió ser músico o fue cosa sobrevenida?

-Es una buena pregunta. Creo que la música me buscó a mí. Nada en mi entorno podría haberme llevado a la música, pero un día se cruzó en mi camino y aquí ando. Siendo joven comencé a colaborar con agrupaciones tradicionales y quedé atrapado.

-Recorrió Galicia buscando canciones tradicionales. ¿Cómo fue la aventura?

-Fue una aventura emocionante salir a buscar esas canciones tantos años y compartir la tradición, descubrir qué forma parte de una cultura distinta de otra. Esto lo sabéis bien en Asturias.

-Se pasó la vida en ello.

-Dediqué más de veinte años, grabadora en mano, conduciendo en mi tiempo libre.

-Sus grabaciones, ¿sobrevivirán?

-Grabé en casete, en VHS. Hace como quince años tuve la feliz idea de digitalizar todo mi archivo. Me di una buena paliza, pero las 600 o 700 horas que grabé están a salvo en discos duros.

-¿Y no pensó en que sus grabaciones deberían pasar a ser utilidad pública?

-En Galicia está el Arquivo Sonoro, pertenece a Cultura. Ellos se han puesto en contacto con particulares, pero existe un problema. Los particulares somos "amateurs" y no etnomusicólogos. Pusimos voluntad, pero no criterio científico y así nos pueden faltar informaciones básicas: cuándo, cómo y dónde se grabaron las canciones, quién es el informante, qué edad tiene. En todo caso, el trabajo que llevé a cabo está al alcance de todo el mundo.

-Todo lo que recopiló es la base de su propia música.

-Exactamente. Busco la melodía que me sedujo, la vuelvo a escuchar, echo mano de mi memoria... sé que hay ritmos semejantes en comarcas determinantes. Con todo eso sale mi música. Recuperar todo aquello, pero hacerlo desde el siglo XXI.

-¿Su folk deja de lado los añadidos más pop?

-Sí. Es algo premeditado. Tengo que tomar el pulso de hoy en día, pero sin olvidar que he buceado en lo más arcaico, quizás incluso pasándome de frenada. Nunca me sedujo trabajar con la música que se cocía en los noventa.

-Usted, sin embargo, no va a la arqueología.

-Por supuesto que no. Con materiales antiguos se puede ser tremendamente moderno: en el mundo del jazz y también en el del folk, que es lo mío.

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