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AGUSTÍN GARCÍA DELESTAL | Novelista, autor de "Ansias de libertad", que se presentó ayer

"Renuncio a seguir editando y me centraré en escribir; me siguen bullendo historias"

"Cuando me jubilé empecé con las novelas; durante mi vida laboral había sido imposible: tenía dos trabajos, una familia..."

Agustín García Delestal. MARA VILLAMUZA

El escritor Agustín García Delestal (Sotillo de Adrada, Ávila, 1941) presentó ayer tarde su última novela, "Ansias de libertad" (Edítalo Contigo, 2016). Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en la redacción avilesina, horas antes del bautizo oficial de su reciente creación.

-"Ansias de libertad" es la segunda parte de "Biemparada", su debut en la literatura.

-Sí.

-¿Cuándo se dio cuenta de que necesitaba una segunda parte?

-En cierta manera fue aquí, en esta misma mesa, durante una entrevista. Me preguntaron entonces qué pensaba hacer después de "Biemparada". Contesté que pensaba si quizás era posible hacer la segunda parte, que me parecía que aquella primera novela mía podía cerrarse de mejor manera. Y así fue que me lancé.

-Vaya.

-Hay diferencias, no se crea. "Biemparada" se desarrolla en un tiempo muy determinado: unos pocos días. En "Ansias de libertad", sin embargo, la historia se desarrolla en un período de tiempo más largo. Quería contar el proceso de emancipación de Hervás de Béjar y todo eso se produjo en medio de la Guerra de la Independencia. Así que me sumergí en la lectura de libros y estudios específicos. Gracias a ello, me di cuenta de que aquello que nos habían enseñado en la escuela sobre la guerra distaba mucho de ser real.

-¿A qué se refiere?

-Nos explicaron que vencimos a los franceses y parecía que lo hicimos solos. Cuando no fue así, ya lo sabe.

-O sea, que un día se pone a escribir "Ansias de libertad".

-Antes de mis dos libros de cuentos -"Nueve pasos al presente" y "Jirones de vida entre las zarzas"- había escrito unos cuantos capítulos sobre la emancipación de Hervás con la vista puesta en presentarlos en el segundo centenario de aquello. Luego, cuando me decidí por esta novela, me di cuenta de que tenía que reescribirlos. Era normal. Llegué a 1816, pero la historia se desarrolló hasta la incorporación de Hervás a Extremadura porque ya sabe que antes había pertenecido a la provincia de Salamanca.

-Usted es abulense, pero lleva en Avilés toda su vida. ¿Por qué se centra en la historia de Hervás?

-Mi mujer es de allí y, además, me interesan mucho la historia y las costumbres de los lugares que visito. Hervás tiene tras de sí una historia muy interesante, que los propios vecinos de la localidad desconocen. Mi mujer me dice que sé más de lo que sucedió allí que ella misma.

-Escribe y edita.

-No va a suceder más: renuncio a seguir editando y me centraré en escribir. De hecho, me siguen bullendo historias que tengo que dar salida. Ya veré cómo.

-Cuénteme.

-Hablo de una novela histórica centrada en la pretensión de Felipe II de hacer del Manzanares un río navegable.

-Empezó muy tarde a escribir.

-Cuando me jubilé. Durante mi vida laboral había sido imposible: tenía dos trabajos, una familia... Me jubilé y comencé a escribir.

-¿Cómo es su proceso de creación?

-Me levanto muy pronto, me siento al ordenador. Escribo, corrijo y vuelvo a corregir.

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