El tapiado de las puertas y ventanas del antiguo club social de Cristalería, ubicado en Jardín de Cantos y abandonado a su suerte, parece haber servido de poco para evitar que el edificio sea usado por "okupas" y presuntos drogadictos para dormir o refugiarse. Y es que, según denuncian los vecinos de la zona, estos merodeadores han roto algunos de los huecos tapiados y vuelve a ser habitual ver tránsito de gente por la zona. En la imagen, el edificio, en cuyo solar está previsto construir un centro sociocultural.