San Agustín se queda sin "caballitos". Las fiestas grandes de la ciudad no contarán este año con "saltamontes", tiovivos o camas elásticas. El motivo, según explicaron ayer fuentes municipales, es la escasa ocupación de las parcelas que, por primera vez, había sacado el gobierno local del PSOE a concurso público: de los quince huecos disponibles solo resultaron cubiertos siete, cuando el mínimo estaba fijado en nueve.

Los feriantes hacen otra lectura. "Todos presentamos la documentación requerida, la que habitualmente se solicita en cualquier lugar, pero en Avilés está claro que no nos quieren. Aquí están haciendo con nosotros una caza de brujas" , lamentó ayer un afectado. Los propietarios de las atracciones infantiles no descartan movilizarse. Dicen que está en juego el agosto de "unas veinte familias" que cada año pasan diez días en el recinto ferial.

La novedosa fórmula de regulación elegida este año por el Ayuntamiento consistía en la cesión de una quincena de parcelas a través de un concurso público, por lo que los huecos se adjudicaron a la oferta más económica (las tasas mínimas oscilaban entre los 1.171,5 y los 249 euros, dependiendo de las dimensiones de la parcela). El lugar elegido para instalar el recinto ferial de San Agustín era el aparcamiento de la calle Fuero, junto al polideportivo del Quirinal.

A este enclave regresaron los feriantes a regañadientes el pasado agosto, tras dos ediciones de éxito en la explanada anexa al Niemeyer. "El recinto ferial de San Agustín no alcanza el número mínimo de parcelas ocupadas establecido para su instalación", argumentan responsables municipales, que agregan mediante un comunicado de prensa: "Las solicitudes presentadas no cumplen el requisito establecido en el Pliego de Condiciones Técnicas".

A juicio de los feriantes, el problema "no es de número". Se quejan del lugar ofrecido -el Quirinal en lugar de la Exposición, su preferido -, del sistema de regulación implantado por el gobierno local y las exigencias burocráticas, sobre todo en materia de seguridad. Así, los profesionales del sector han debido remitir este año el proyecto de la atracción firmado por un técnico, un certificado de seguridad y solidez realizado por personal técnico competente y visado por su colegio profesional y el certificado de revisión anual de la atracción de feria de que se trate.

En todo ese papeleo tiene que constar, por ejemplo, la descripción del artilugio y cómo es su sistema de movimiento (velocidades, sistema de aceleración y frenado, de apoyo sobre el terreno y anclaje a tierra...), así como una identificación de los riesgos que pueda suponer la atracción y una descripción de todos los elementos de los que dispone para usar de manera segura esa atracción. "En ningún sitio piden esto. Todos estamos en regla y prueba de ello es que no hemos tenido que lamentar ningún accidente. En Avilés no nos quieren, parece que estamos pagando nosotros los problemas internos de Festejos", manifiesta un afectado, que avanza que en unos días está previsto que se reúnan los feriantes. "Todos los grupos políticos deben enterarse de lo que está ocurriendo. ¿Por qué nos incomodan de esta forma en Avilés?", se pregunta el barraquero. Defiende, a su vez, que "unas fiestas sin "caballitos son menos fiesta".

"Cuando llegamos a Avilés, lo primero que hace la Policía Local es pedirnos la documentación de nuestros vehículos y remolques. Jamás nos han ayudado. Ahora vienen con unas medidas supuestamente de seguridad que son de risa. Un ejemplo: piden el plano de fabricación de la atracción. Yo tengo una de las más pequeñas y el plano es una especie de enciclopedia. Una barraca grande puede tener cinco tomos... Nosotros cumplimos con la Ley, pero no queremos que nos tomen por idiotas", concluye un feriante que como sus colegas tampoco se instaló en Navidad en Avilés. Entonces el Ayuntamiento les prohibió instalarse en La Exposición. Aunque en otro concejo, en Piedras Blancas (Castrillón) tampoco contaron con barracas en las fiestas populares que se celebraron este mes.