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Nudismo a toda costa

Castrillón respeta el derecho a la libertad de expresión que consagró el Tribunal Europeo y permite la presencia en sus playas de gente desnuda

Señalización a la entrada de la playa de tradición nudista de Requexinos, en Bayas. RICARDO SOLÍS

Tradicionalmente, las personas que querían tomar el sol o bañarse sin la molestia de tener que vestir un bañador acudían a una playa catalogada como nudista. Hoy, se puede prescindir del traje de baño en cualquier litoral o espacio público acogiéndose a una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictada en octubre de 2014, un fallo que dictamina que la práctica del nudismo forma parte de la libertad de expresión y, por lo tanto, se trata de un derecho fundamental. De esta forma, aunque la playa de Requexinos, en el extremo oriental del playón de Bayas, sea conocida por su tradición nudista, nada impide a los usuarios naturistas visitar cualquier otra playa del concejo... o de Asturias.

Esa libertad para practicar el nudismo en público apenas es conocida por el gran público, pero la tienen muy presente los miembros del servicio de socorrismo playero de Castrillón y los agentes de la Policía Local, que hace apenas unos días explicaban a otros usuarios del arenal, a raíz de la presencia de un hombre desnudo en la playa de Salinas, que tal comportamiento no era sancionable en modo alguno.

En los nudistas impera, no obstante, la resignación. Antonio Jaramillo, presidente de la Asociación Naturista de Amigos del Principado de Asturias (ANAPA), señaló ayer que muchos usuarios que utilizan traje de baño -denominados en el gremio nudista como "personas textiles"- suelen llamar a la policía por sentirse incomodados por la presencia de una persona desnuda. "En estos casos, todavía a día de hoy, los agentes pueden invitarnos amablemente a que nos marchemos. Nunca nos echan, saben que eso sería ilegal. Nosotros, para evitar jaleo, pues nos vamos a otra playa y allá ellos con su conciencia retrógrada", explicó.

El conflicto entre naturistas y "textiles" se traslada también a playas de tradición nudista. "Si yo doy el cante si me meto desnudo a una playa llena de gente en bañador, ellos deben darse cuenta de que cuando vienen vestidos a la zona de Bayas hacen también el ridículo", aseguró Jaramillo, que lamentó que el rechazo sea "socialmente aceptado" en tan solo uno de los bandos. "Si yo me tengo que ir de una playa textil por ir desnudo, que no vengan familias con carricoches a escandalizarse en una playa de tradición nudista. Cada uno por su lado", sentenció.

Ismael Rodrigo, presidente de la Federación Española de Naturismo (FEN), aseguró que Asturias no se considera una zona demasiado conflictiva. "Por lo general no hay problemas. Los naturistas vamos, por costumbre, a playas de tradición nudista. Lo que hay que dejar claro es que los nudistas son las personas, no las playas. Podemos estar libremente en cualquier otra playa", aseguró. Jaramillo matizó que la libertad nudista debe ejercitarse siempre en el marco del civismo. "Lo que no puedes hacer es meterte desnudo en una playa llena de gente vestida y ponerte a hacer el indio. Hay que saber estar", reconoció.

El nudismo en España pasó a ser legal en 1988 gracias a la reforma del artículo 431 del Código Penal, con la que se abolió el delito de escándalo público. A partir de entonces, la única ilegalidad relacionada con el cuerpo desnudo es el delito de exhibicionismo, recogido en la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal y que condena los "actos de exhibición obscena ante menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial protección" con una "pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses".

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